El Aeropuerto de Gran Canaria es, por el momento, el único de los aeródromos canarios que el Ministerio de Fomento contempla incluir en el grupo que se abrirá a la participación de las comunidades autónomas y de otras entidades públicas en su gestión.
Sería, junto a los aeropuertos de Madrid-Barajas, Barcelona, Palma de Mallorca y Málaga, uno de los cinco sobre los que el nuevo modelo aeroportuario español pretende crear sociedades mercantiles cuya gestión se desgajaría del sistema central por “su viabilidad económica”. Los de Tenerife Sur y Alicante serían los otros dos con alguna posibilidad de integrarse en este grupo de aeropuertos singulares, pero sobre los que, en principio, Fomento quiere mantener aún el control absoluto del ente público Aena.