Los operadores urgen medidas por el parón industrial que ha roto la estabilidad de los flujos con Madrid, mientras las terminales interiores alertan de su escasa capacidad ante una avalancha de flujos una vez se restaure la normalidad.
La contratación de trenes de contenedores en Valencia pasa por el peor momento de los últimos seis años. El alquiler de convoyes por parte de los operadores intermodales a empresas ferroviarias en el corredor Valencia-Madrid se ha reducido un 45 por ciento como consecuencia del parón industrial, según han confirmado a TRANSPORTE XXI fuentes del sector.
Operadores intermodales como Laumar Cargo, APM Railway, CSP Iberian Rail Services y Sicsa Rail Transport confirmaban el “fuerte descenso de actividad, que va a afectar gravemente a los volúmenes del corredor”, más de 200.000 TEUs anuales. A lo que añaden “la incertidumbre sobre cómo va a evolucionar la carga en 2020”, una situación que va a afectar a las cuentas de explotación de las empresas de tracción, con activos fijos alquilados a largo plazo sin ser usados por la reducción puntual de actividad.
“Nuestras cuentas de explotación se van a resentir gravemente”, confirmaba a este periódico el responsable de una de las seis empresas ferroviarias que trabaja regularmente en el corredor (Renfe, Continental Rail, Medway, Logitren, Acciona y Tracción Rail).
Otro actor como Go Transport, que realiza servicios irregulares para Maersk desde la terminal ferroviaria de Cosco en el puerto de Valencia, dejó la vía de Madrid, a mitad de febrero, ante la caída de flujos con el centro de España.
Desde las empresas se solicita al Gobierno poner en marcha un plan de medidas económicas “porque no hay carga de trabajo suficiente para mantener todos los trenes activos y los precios de la carretera van a reducirse al existir menos actividad y mantener el mismo número de camiones y locomotoras activos”.
El sector constata un fuerte bajón de la actividad, donde se ha reducido el número de contenedores para la industria manufacturera desde marzo, fruto del cierre por el estado de alarma, con flujos muy debilitados en la automoción, retail, textil, consumo doméstico e industrial.
Al cierre de esta edición, varios operadores confirmaban un tímido reinicio en el ritmo de producción en las fábricas, “lo que afectará a la logística ferroviaria dado que el camión es más flexible”, a lo que se añade “nuestra escasa capacidad de almacenaje”, indican desde las terminales interiores, ante una avalancha de flujos ‘import/export‘ una vez se restaure la normalidad.
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