Al descenso de la actividad por la crisis económica, la bajada de precios y la mala campaña de verano por las condiciones climatológicas, el cambio de estrategia de comercialización de perecederos para los mercados del este de Europa está afectando negativamente al transporte frigorífico de Lérida. “Antes colocábamos la mercancía en el norte de Europa, en países como Holanda o Bélgica, y desde allí se distribuía a los países del este”.
Ahora, “una parte de la producción va directamente a estos países, que no son precisamente un mercado competitivo a nivel de precios”, lo que influye a la baja en las tarifas que cobra el transporte español, según fuentes de la Asociación de Transportistas de Lérida.
Durante la campaña del pasado verano, los precios bajaron alrededor de un 10 por ciento. Al descenso de tarifas se unió una considerable bajada del volumen de la carga como consecuencia de las inclemencias climatológicas que estropearon numerosos campos frutales. Lérida cuenta con unas 60 empresas de transporte de perecederos que suman 350 vehículos frigoríficos.