Precio, red de recarga e incentivos fiscales, retos clave para su impulso, según se expuso en la presentación de la Alianza para la electrificación del vehículo pesado que promueven Iberdrola y Aedive.
La implantación del camión eléctrico en el transporte de mercancías por carretera de larga distancia deberá superar toda una carrera de obstáculos en los próximos años.
Entre los principales retos a resolver se encuentra conseguir la paridad en el precio con los vehículos propulsados por diésel, el establecimiento de una red de infraestructuras de recarga adecuadas a las necesidades del sector y seguir avanzando en medidas de apoyo como los incentivos fiscales para los transportistas.
Así se puso de manifiesto en el marco de la presentación de la Alianza para la electrificación del transporte pesado por carretera que han impulsado Iberdrola y la Asociación Empresarial para el Desarrollo e Impulso de la Movilidad Eléctrica (Aedive). En el acto, que tuvo lugar ayer en Madrid y que contó con la presencia del presidente de Iberdrola, Ignacio Sánchez Galán, se expuso la necesidad de desarrollar una hoja de ruta para agilizar los procesos en la transformación energética hacia la electromovilidad en el transporte de mercancías.
La Alianza impulsada por Iberdrola y Aedive tiene como objetivo reunir a todos los sectores implicados en este proceso, desde fabricantes, infraestructura de recarga, operadores logísticos y cargadores. “Estamos abiertos a la participación de toda la cadena de valor”, apuntó el director de Innovación y Sostenibilidad del Grupo Iberdrola, Agustín Delgado.
“Estamos ante un reto importante, para el que se necesita una colaboración y un alineamiento de todas las partes”, compartió el director general de Disfrimur, Juan Jesús Sánchez. Para impulsar este proceso, “no se trata de restringir o penalizar a nadie, sino de darle ventajas en forma de incentivos fiscales a las empresas que son más innovadoras”, advirtió Sánchez.
“Apostar por un vehículo eléctrico tiene un riesgo y tiene que ser recompensado”, coincidió el director general de Acotral, Juan Sánchez Hoyos. “El camión eléctrico ya es una realidad en el transporte regional y urbano, pero no en la larga distancia, porque, entre otras cosas, falta todavía por desarrollar las infraestructuras de recarga”, añadió. “La garantía de poder recargar daría más velocidad al proceso de renovación de flotas”, convino el director general de Disfrimur.
Paridad de costes
Además, “la paridad de costes entre vehículo eléctrico y diésel a fecha de hoy no se da”, recordó el responsable de Acotral, que citó el sobrecoste en un 50 por ciento, que no compensan en su totalidad las subvenciones. Porcentaje que elevó hasta el 60 por ciento el director general de Ecotrans, Félix Ojeda. En estos momentos, “la principal ventaja que aporta el eléctrico para las empresas pioneras es estar más preparados a largo plazo, no tiene nada que ver con los costes”, aseveró.
Mientras, Marta Gómez, vicepresidenta de Sostenibilidad de Trucksters, incidió en que “ser pioneros es muy difícil y por eso las ayudas son bienvenidas”. En esta línea, insistió también en la dificultad de salvar barreras como la falta de infraestructuras de recarga y la diferencia en el precio de los vehículos.
No obstante, el director general de Disfrimur, resaltó las ventajas del camión eléctrico, que “no contamina nada, no hace ruido, no vibra, etc”. Además, la descarbonización “nos da una oportunidad importante como país, porque la electricidad nos hace más independientes energéticamente”, aseguró. “Es una oportunidad tremenda, pero la Administración tiene que aportar y apoyar al sector”, coincidió Félix Ojeda, director general de Ecotrans.
La flota de vehículos pesados eléctricos en España alcanzará las 14.000 unidades en 2027 y las 36.000 en 2030, según las estimaciones de la alianza recién creada. Por otro lado, el 15 por ciento de la demanda eléctrica de recarga pública será para los camiones en 2027 y ascenderá al 30 por ciento en 2030. La inversión acumulada en infraestructura de recarga se situará en 1.000 millones de euros en 2027, de los que el 35 por ciento corresponderá a camiones, mientras que en 2030 ascenderá a 2.300 millones de euros, el 40 por ciento para camiones. “Conducir un camión eléctrico será más barato que uno de gasoil en el plazo de aproximadamente cinco años”, vaticinó Agustín Delgado.
Fabricantes
En la jornada también se pusieron de manifiesto las previsiones de los fabricantes de camiones en relación con las ventas de unidades eléctricas. El responsable de Transporte Sostenible de Scania, Manuel Arias, apuntó que su compañía tiene como objetivo que el 50 por ciento de sus ventas en 2030 correspondan a vehículos pesados eléctricos y que lleguen al 100 por ciento en 2040.
A su vez, Nuria Álvarez, Electromobility Manager de Volvo Trucks, señaló que prevén alcanzar el 50 por ciento en ventas de camiones libres de carbono en 2030, “si bien en España ese porcentaje se superará”, y del 100 por ciento en 2040. Por su parte, Pedro Sanz, eMobility Consultant de Daimler Trucks, elevó el porcentaje al 60 por ciento en 2030 y situó ese 100 por ciento en 2039. Sanz recordó que su compañía apuesta por la batería eléctrica en los camiones de corta y media distancia y por la pila de combustible en la larga distancia.
Pedro Mayorga, responsable de Energías Alternativas de Renault Trucks, estimó que los vehículos pesados eléctricos representarán también el 50 por ciento de las ventas de la compañía en 2030 y que “en 2039 se producirá la venta del último vehículo pesado propulsado por combustibles fósiles”. Además, “si los fabricantes no cumplimos esos objetivos, las multas de la UE van a ser mil millonarias”, adelantó. Mientras, Josu Letona, Head of Truck Business de Irízar, avanzó que prevén alcanzar las 20 unidades de camiones eléctricos vendidos al cierre de 2023.
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