Pese al elevado coste del combustible, este nuevo incremento impulsa a los armadores a pensar en el cabo de Buena Esperanza como una seria alternativa a la ruta egipcia.
Egipto no escapa de la crisis debido a su explosiva situación social. Mientras, el Canal de Suez, una de sus principales fuentes de ingresos, elevará los peajes entre un dos y un cinco por ciento a partir de mayo, lo que puede provocar que las navieras ya no vean tan descabellado buscar rutas alternativas por el cabo de Buena Esperanza
La Autoridad del Canal de Suez aumentará sus peajes porque sabe que los elevados costes del combustible hacen difícil que los armadores busquen rutas alternativas por el cabo de Buena Esperanza. Sin embargo, ya se escuchan voces de que no es un sueño imposible porque que los costes llevan camino de alcanzar un punto crítico para las navieras que usan esta infraestructura.
Las arcas de Egipto sufren una falta de liquidez motivada por un peligroso cóctel que combina la crisis del turismo nacional, la caída de sus reservas en divisas, el déficit presupuestario y una ola ininterrumpida de protestas callejeras. Los peajes que pagan los barcos que usan el canal proporcionan al Estado 5.000 millones de dólares anuales, pero esta aportación está empezando a sufrir mermas debido a la bajada de los flujos comerciales entre Asia y Europa, y también, en parte, por la actividad de los piratas en el Índico.
Para ampliar ingresos, el canal elevará los peajes entre un dos y un cinco por ciento desde el 1 de mayo, tras haberlos subido otro tres por ciento en marzo de 2012. En declaraciones a Reuters, el portavoz del canal afirma que “este incremento no es tan fuerte como para provocar que las navieras se plantean no usar Suez”.
Fuentes del sector naviero consultadas por la agencia también opinan que los altos precios del combustible (650 dólares por tonelada) bloquean cualquier intención de buscar rutas alternativas. Peter Sand, analista de BIMCO, la organización de armadores más grande del mundo, comenta que los precios del combustible tendrían que situarse por debajo de los 390 dólares para que las navieras se plantearan rutas por el cabo de Buena Esperanza. “Los altos precios del combustible favorecen la política de las autoridades del canal”, explica Sand.
MAERSK, PREOCUPADA
La infraestructura egipcia, con sus 120 millas (192 kilómetros) de longitud, es la ruta más rápida entre Asia y Europa, y supone un ahorro de 15 días frente a una travesía que doble el cabo de Buena Esperanza. Un portacontenedores estándar, en una viaje de ida y vuelta, paga un peaje de un millón de dólares, lo que representa el 25 por ciento de los costes totales de la travesía. Un encarecimiento de este tipo no puede ser asumido vía precios, pues las navieras firman los contratos con sus clientes con mucha anticipación, incluso de varios años.
“Este incremento impulsará a los armadores a pensar seriamente en la ruta del cabo como una alternativa a tener en cuenta”, afirma Peter Hinchliffe, el secretario general de la Cámara Internacional Marítima, una patronal que representa al 80 por ciento de las flotas mercantes. Varios armadores contactados por Reuters afirman que sí están reflexionando acerca de este cambio de ruta. No sólo se trata del peaje, sino también de los costes provocados por los retrasos a raíz de las protestas en Egipto.
A lo que hay sumar los problemas de seguridad que genera la epidemia de ataques piratas en el Golfo de ADN (Somalia) y el océano Índico. “Si estas reflexiones van más allá de las meras elucubraciones, Egipto empezará a tener problemas”. Las agitaciones sociales están siendo una constante en las ciudades del canal, particularmente en Port Said, aunque el tráfico interno no se ha visto afectado hasta ahora.
La tensión se intensifica, y el escenario que se está gestando en el canal de Suez es probable que exacerbe aún más la situación”, subraya la consultora de riesgos Willis. Maersk está preocupada por la conflictividad social en Egipto.
“Nuestras operaciones en la terminal de contenedores de Port Said han sufrido innumerables retrasos debido a la situación local, lo que está incrementando los costes”, asegura el gigante danés, aunque, por el momento, no tiene planes para reorganizar sus rutas. Muhab Mamesh, director general de la Autoridad del Canal, asegura que hay una total cooperación con el ejército para “asegurar el tránsito las 24 horas del día”.