La transición hacia las energías limpias impulsada por Bruselas, un duro golpe para el transporte, que perderá tráficos en una de las principales cargas de graneles sólidos.
El proceso de descarbonización energético impulsado por Bruselas supondrá el cierre de 10 de las 15 centrales térmicas que operaban en 2017. Solo las plantas de Aboño (Gijón), As Pontes (A Coruña), Litoral (Almería), Los Barrios (Algeciras), y Soto de Ribera (Asturias) acometerán inversiones para reducir los contaminantes exigidos por la Unión Europea y poder mantener su actividad a partir de 2020. Esta decisión supondrá un duro golpe para el sector del transporte.
El tráfico portuario será uno de los grandes afectados por el cambio de la política energética. En 2017, últimos datos disponibles, los puertos españoles manipularon un total de 29,6 millones de toneladas de carbón y coque de petróleo. Este tráfico representa cerca del 30 por ciento de los graneles sólidos movidos en las terminales marítimas en España y supone el 5,4 por ciento del volumen total de los 545 millones de toneladas manipulados en dicho ejercicio. Más de 19 millones de toneladas de carbón se importaron de Colombia, Indonesia, Rusia, Sudáfrica y Estados Unidos, principalmente, de los cuales 17,4 millones de toneladas fueron térmico y 1,7 millones de toneladas de coque, según revela la asociación Carbunión.
Dos terceras partes del tráfico marítimo del carbón y coque de petróleo en España están concentradas en cuatro puertos. Gijón, con 9,2 millones de toneladas, es la dársena que más carbón mueve a través de European Bulk Handling Installation (Ebhi), la mayor terminal de graneles sólidos de España. Esta sociedad, controlada por la Autoridad Portuaria de Gijón en un 68 por ciento de su capital, manipula el carbón que va destinado a las centrales térmicas de Asturias y León. También atiende las necesidades de la factoría asturiana de ArcelorMittal, su segundo accionista con el 11 por ciento, localizada junto a su dársena. La entidad portuaria de Gijón apostó en 2010 por acometer la privatización de Ebhisa, un proceso que en estos últimos ocho años no ha logrado avanzar.
Ferrol, que rozó los 5 millones de toneladas, se sitúa como el segundo puerto con más volumen de carbón del sistema portuario español. Esta carga también tiene como principal destino la planta térmica de As Pontes (A Coruña), operada por Endesa y que mantendrá su actividad a partir de 2020. Tarragona, con casi 3,7 millones de toneladas, se posiciona como la tercera dársena española con más volumen de carbón. El operador García Munté Energía tiene su principal base en este puerto para suministrar carbón como combustible para usos industriales. El puerto de Almería está en el cuarto puesto, con tres millones de toneladas de carbón, que en su mayor parte se destina a la central térmica de Litoral, gestionada por Endesa y que continuará su actividad a partir de 2020.
Además, otros cuatro puertos superaron con creces el millón de toneladas de carbón y coque de petróleo en 2017. La dársena de A Coruña movió cerca de 1,7 millones de toneladas, un volumen que peligra al suministrarse principalmente para la central térmica de Meirama. Algeciras rozó un tráfico de 1,5 millones de toneladas, destinada en su mayor parte a la central térmica de Los Barrios en San Roque (Cádiz), operada por Viesgo y que mantendrá su actividad. El puerto de Cartagena manipuló un volumen de 1,4 millones de toneladas en 2017. La Autoridad Portuaria de Baleares registró un tráfico de 1,1 millones de toneladas de carbón y cok destinados a la planta térmica de Alcúdia sin planes de inversión.
Otras tres dársenas superaron con creces el medio millón de toneladas de carbón y coque de petróleo durante 2017. Avilés, que movió 726.000 toneladas; Huelva que registró 718.000 toneladas y el puerto de Bilbao, con un tráfico de 690.000 toneladas. En la evolución de los últimos 10 ejercicios también destaca que los puerto de Valencia y Pasaia han registrado unos descensos en vertical. De mover 600.000 y 400.000 toneladas anuales, respectivamente, a prácticamente desaparecer.
Los planes para la descarbonización energética afectarán a más de un millar de transportistas. Asturias, con 300 profesionales, y Castilla y León, con otros 350, concentran la mayor parte de los profesionales afectados. Aragón y Galicia, con 150 camioneros cada uno, completan el sector de carretera que mueve los tráficos de carbón desde los puertos de Gijón, Ferrol, A Coruña y Avilés a las plantas térmicas de la zona noroeste y de Aragón. En esta operativa participan cooperativas como Avilesina de Transportes, Casintra, Asturcoop o Transpuerto y grandes grupos empresariales como Bergé o Pérez Torres. Las organizaciones sectoriales del transporte destacan que el transporte de carbón emplea una flota de vehículos muy especializada, con bañeras ligeras de aluminio que no pueden emplearse en otras mercancías. Por ello, reclaman ayudas públicas para su reconversion.
Renfe Mercancías tiene en el carbón uno de sus principales tráficos. En 2017 el operador ferroviario movió 12,6 millones de toneladas en vagón completo, de los cuales 2,9 millones fueron exclusivamente de carbón, y otra partida de 1,4 millones de toneladas estaba compartida por este combustible junto con otros graneles. Entre sus contratos más recientes, el operador público ha conseguido el tráfico de carbón para el grupo energético EDP en Asturias. En concreto, realizará el transporte por ferrocarril desde el puerto de Gijón hasta las centrales térmicas de Aboño y Soto de Ribera. Un servicio que hasta el pasado mes de noviembre, cuando se hizo efectivo el cambio de operador, estaba en manos del grupo Suardiaz, que contrataba la tracción de dicho transporte a la pública. Este contrato para EDP podría alcanzar un volumen máximo de 2,75 millones de toneladas de carbón al año. El tráfico de carbón junto con el siderúrgico y los graneles sitúan a Asturias como referente en el transporte ferroviario de mercancías en España.
Según el último informe del transporte de mercancías por ferrocarril de la Comisión Nacional del Mercado de la Competencia (CNMC) más del 44 por ciento de los trenes, el 25 por ciento de las toneladas netas y el 19 por ciento de las toneladas/kilómetros netas tienen su origen en Asturias. Gran parte de los movimientos son de carácter local con distancias inferiores a 10 kilómetros. La mayor parte entre la terminal de Aboño y el Puerto de El Musel (dos kilómetros de recorrido). Renfe Mercancías y Captrain son los principales operadores de estos tráficos.
Los puertos de Gijón y Avilés se han posicionado como los principales puntos para la distribución ferroviaria de carbón con destino a las centrales térmicas localizadas en León y Palencia. Además, otro de los corredores ferroviarios más activos de los últimos años para la el carbón y las bobinas de acero enlaza las instalaciones de ArcelorMittal entre Trasona (Asturias) y Sagunto, con una frecuencia de hasta 17 trenes semanales operada por Renfe Mercancías. El transporte ferroviario de carbón en Andalucía también se verá afectado por el proceso de descarbonización. Con el cierre previsto de la central térmica de Puente Nuevo (Córdoba) también supondrá el final de su conexión con el puerto de Huelva. Esta operativa se desarrolla con un convoy diario que registra un tráfico anual de 250.000 toneladas de carbón.
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