Enrique Boigues
Cuando hace 30 años llegaba a nuestro país el código de barras nadie podía imaginar que tras ese símbolo, sencillo y práctico, se escondía el protagonista de una auténtica revolución. Un sistema de identificación llamado a transformar comercios y empresas por dentro y por fuera, porque cuando se piensa en sus ventajas, se pone la mirada en las tiendas, pero deberíamos mirar con más atención la trastienda; es decir el almacén.