Cuando nos conectamos al “charter” como red común, todo fluye, llega a tiempo y se vuelve eficiente
Nos pasamos la vida estableciendo conexiones con personas con las que después no afianzamos la relación, ya sea porque son vínculos ligeros o profundos, o porque no tenemos el valor de cuidar, alimentar, podar y reequilibrar el wifi personal para regenerarnos cuando haga falta. El tema está en la ecuación que todo lo regula: marco social + solidaridad + grado de estímulo personal = fluidez o torpeza. Todo depende del porcentaje de cada uno de los ingredientes.
En la cadena de suministro, la contribución personal es el elemento clave para que todo fluya y sea el hilo invisible que todo lo conecta, que todo lo arrastra y al que debemos darle el valor que merece.
El conductor sigue cada día un camino que puede ser mejor o peor en función de nuestra predisposición, no sólo personal -también industrial-, a procurarle el mejor y más eficiente entorno. En esta dirección debemos orientarnos.
Cargadores (GSA), transportistas (IRU) y sindicatos (ITF), nos hemos unido a nivel global para crear el protocolo “charter”: La membrana que sustentará las relaciones logísticas de calidad a partir de ahora, las mantendrá vivas y premiará a quienes aboguen por el bien logístico común, con compromisos para cada una de las partes implicadas. Para ello, nos hemos aliado también con los puertos, como agentes diseminadores de la nueva cultura logística para que sumen desde las comunidades portuarias que lideran.
El próximo 20 de abril nos reunimos todos los agentes logísticos en el Puerto de Algeciras, y os invitamos a asistir y participar, para celebrar la jornada que da título a esta columna, poner al conductor al frente y celebrar que juntos, cuando nos conectamos al “charter” como red común, todo fluye, llega a tiempo y se vuelve eficiente.
Jordi Espín
jespin@transprime.es