El sector, que exige al Ejecutivo de Sánchez su intermediación “inmediata” para garantizar la seguridad de los conductores y la libre circulación, cuantifica las pérdidas diarias en más de 10 millones de euros.
Las protestas de los agricultores franceses, que en los últimos días han subido su intensidad, con amenazas y actos vandálicos en algunos puntos, están pasando una gruesa factura a los miles de transportistas españoles que habitualmente cruzan las carreteras del país vecino. Fuentes del sector cuantifican las pérdidas diarias en más de 10 millones de euros. Una cifra que no tiene en cuenta los daños ocasionados a los camiones atacados, ni el valor de las mercancías destruidas o estropeadas, sobre todo cuando se trata de carga perecedera, ya que el receptor puede negarse a recibirla.
Las principales organizaciones del sector, que aconsejan a las empresas no realizar rutas hacia Francia hasta que la situación no mejore, insisten en reclamar al Gobierno español su intermediación “inmediata” en el conflicto para garantizar la seguridad de los conductores y la libre circulación.
Desde Astic recuerdan que el pasado 24 de enero, junto a la Asociación de Cargadores de España (ACE), se remitió una carta al ministro de Transportes y Movilidad Sostenible, Óscar Puente, sin noticias hasta la fecha. “Lamentamos profundamente esta falta de respuesta por parte del Gobierno español, del que hasta la fecha desconocemos qué tipo de acciones pueda o no estar realizando”, apunta Ramón Valdivia, vicepresidente ejecutivo de Astic y miembro del Comité Ejecutivo de Presidencia de la Organización Internacional del Transporte por Carretera (Astic). “La ausencia de declaraciones públicas de apoyo y condena hacia estos actos ha generado una creciente inquietud entre muchos de nuestros miembros, que se sienten desamparados en una situación cada vez más tensa”, matiza Valdivia.
La patronal Astic, además, señala que el conflicto en Francia no solo está provocando un roto al transporte, sino también a cargadores que se ven indirectamente afectados por las protestas en el país vecino al no poder enviar o recibir productos, desde neumáticos y productos químicos hasta productos textiles o alimentarios. “Si esta cadena de suministro se detiene, como ya está sucediendo, no solo sufren las propias empresas de transporte, sino también compañía de otros sectores económicos”, lamenta Valdivia. El representante de Astic reconoce, en este sentido, que el 75 por ciento de las exportaciones españolas a la UE se mueve en camión y “la frontera francesa es un núcleo estratégico para el paso de estas mercancías”. En concreto, 10.000 camiones cruzan a diario esta frontera en dirección a Francia, y un número similar en dirección contraria; el 50 por ciento se queda en Francia, pero el otro 50 por ciento continúa su ruta hacia otros países del continente.
En la misma línea, la Confederación Española de Transporte de Mercancías (CETM), que lamenta las situaciones que están viviendo los transportistas españoles en Francia, también espera que el Ejecutivo de Pedro Sánchez “dé cuenta de las medidas llevadas a cabo para defender al sector y realice la correspondiente solicitud a la Comisión Europea y al Gobierno francés para que intervengan y se garantice la libre circulación de mercancías”.
Otra de las organizaciones que se ha mostrado muy crítica ha sido la Asociación Empresarial Guipuzcoana de Transporte de Mercancías por Carretera (Guitrans). “Los gendarmes adoptan una actitud pasiva obviando los problemas que sufren los conductores atrapados en las carreteras”, informan desde la patronal a través de un comunicado. “Los conductores denuncian que ni siquiera firman los certificados que acreditan que rompen la pausa del tacógrafo forzados por las autoridades”, añade la misma nota. La asociación guipuzcoana también recuerda que “los pocos transportes que consiguen proseguir su ruta tienen que hacerlo tomando vías alternativas con mayores costes que no pueden repercutir a sus clientes”.
Igualmente, la Federación Regional de Organizaciones y Empresas de Transporte de Murcia (Froet), también se ha mostrado crítica, tras recordar que la flota frigorífica de la Región cuenta con unos 10.000 camiones, de los que cerca de 6.000 estarían afectados por las movilizaciones en Francia. El secretario general de Froet, Manuel Pérezcarro, asegura que, aunque las protestas del campo francés no son nuevas para los conductores españoles, esta ocasión es “la más fea” de las que han tenido lugar, debido a su “contundencia”. Pérezcarro explica que “en anteriores ocasiones se han cortado algunos puntos de acceso y se han podido desviar camiones, pero ahora no se puede circular en ningún sentido, ni de arriba abajo, ni de abajo arriba”, concluye.
Por último, las asociaciones de transporte por carretera consideran indispensable poner en marcha los mecanismos necesarios para identificar y llevar ante la Justicia a los responsables de los asaltos a los camiones españoles, asegurando así una compensación adecuada por los daños sufridos, tanto a los vehículos como a las mercancías. Al mismo tiempo, las distintas patronales del sector abogan por “establecer canales para que el Estado francés, como responsable último de garantizar la circulación, sea el que responda a los inmensos daños que se están provocando”.
Más información en la edición del 15 de febrero en papel de Transporte XXI.