Las dos principales organizaciones profesionales del transporte por carretera de Francia, FNTR y Unostra, se felicitan de que el Consejo Constitucional haya anulado la implantación de una nueva tasa ecológica, llamada “tasa del carbono”, que debía entrar en vigor el 1 de enero. La tasa es un proyecto que cuenta con el apoyo del presidente Nicolas Sarkozy, pero que se ha topado con el principio de igualdad fiscal, ya que se pretendía exonerar a la industria de su pago (a pesar de ser la primera emisora de CO2). Los transportes cuentan con una reducción del 35 por ciento que el Consejo Constitucional no ha revocado, y que por tanto reaparecerá en el nuevo texto que el ejecutivo debe redactar antes del 20 de enero.
De hecho, el Consejo ha justificado dichas rebajas en bien de “la defensa de la competitividad de los sectores económicos expuestos a la competencia internacional”. La FNTR y la Unostra se alegran de que el Consejo haya reconocido el concepto de “competencia internacional”, y aprueban que la tasa se aplique a un mayor número de sectores. Las organizaciones profesionales francesas deploran la precipitación con la que el gobierno francés sacó adelante este proyecto de fiscalización: “instaurar una tasa en sólo seis meses es excepcional. El mundo político quería terminar el texto antes de la cumbre de Copenhague para que Sarkozy pudiera anotarse un tanto, y esto nos ha obligado a trabajar a marchas forzadas para presentar nuestras posiciones al Consejo Constitucional.
De todas formas, el plazo señalado de 20 días también es muy corto. Creemos que el gobierno debería dedicarle más tiempo a esta tasa que sólo se aplicará en Francia y a las empresas francesas, para enmarcarla en un contexto europeo y así asegurar su efectividad”, señala Nicolas Paulissen, delegado general adjunto de la FNTR. Las organizaciones profesionales esperan además que a partir del 20 de enero la rebaja prevista para el sector del transporte sea superior al 35 por ciento, en concreto del 75 por ciento (al igual que el sector agrícola).
Asimismo, proponen que el Estado francés dedique el 25 por ciento de los ingresos obtenidos con las recaudaciones de esta tasa entre las empresas de transporte por carretera a la creación de un fondo de ayuda para el desarrollo sostenible del sector. La FNTR y la Unostra recuerdan que con la tasa del carbono, los transportistas franceses quedarán sometidos a una triple fiscalización por el mismo concepto de defensa medioambiental: una tasa interprofesional del precio del gasóleo en las gasolineras, no armonizada y de las más elevadas de Europa; una ecotasa en los peajes; y la señalada tasa del carbono.