La principal conexión ferroviaria peninsular y el resto de servicios que pasan por la capital catalana serán desviados durante 16 semanas por la actuación en el Corredor Mediterráneo.
La conexión entre Zaragoza y Barcelona, el principal corredor ferroviario peninsular de transporte de mercancías, según el último informe del sector de la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC), resultará afectada durante cuatro meses por las obras en el Corredor Mediterráneo.
Esta actuación es imprescindible para dar continuidad al único corredor en ancho de vía internacional que conecta España con Europa y que actualmente tiene un único punto de carga, el puerto de Barcelona. La adaptación del tramo Castellbisbal-Martorell-Nudo de Vila-Seca al ancho de vía internacional comportará el corte completo a la circulación, tanto de convoyes de mercancías como de pasajeros, en Martorell, entre el 25 de julio y el 15 de noviembre. Y ello afecta a todos los trenes de mercancías que pasan por Barcelona, incluido el tráfico internacional (en ancho de vía ibérico) que entra o sale por Portbou (Girona). Unos 340 convoyes semanalmente, según datos previos a la crisis sanitaria, serán desviados por la línea de la costa.
Para un tren entre Zaragoza y Barcelona (el puerto o la terminal de Morrot), la ruta alternativa incrementa el recorrido en unos 30 kilómetros y la duración del viaje entre 90 y 120 minutos aproximadamente. En el caso de un convoy procedente de Francia con destino a Zaragoza o Valencia, el incremento del recorrido es de unos 17,5 kilómetros y un tiempo extra de entre 30 y 40 minutos. Según los flujos, el desvío requiere o no cambiar la dirección y, por lo tanto, mover la locomotora.
La circulación de los vehículos de la planta de Seat en Martorell se mantiene en sentido Tarragona, excepto un corte de tres semanas. Otra cosa es la afectación en Cargometro, el servicio de Ferrocarrils de la Generalitat de Catalunya (FGC) que transporta piezas entre las plantas del fabricante. “Es un servicio concebido como un tren lanzadera y será difícil mantener el mismo número de circulaciones con el desvío”, señalaron fuentes del sector. Al cierre de esta edición, FGC no se había pronunciado sobre la afectación. Las obras también repercutirán parcialmente en la terminal Tarragona-Classificació y el acceso al puerto de Tarragona estará cortado una semana.
Adif ha hecho encaje de bolillos para cuadrar el desvío de los trenes de mercancías que convivirán con los convoyes de pasajeros, teniendo que reasignar slots. “Estamos descontentos porque no ha habido medidas compensatorias”, señalan desde una compañía afectada. Los convoyes especiales sin horario prefijado no tienen asegurada la circulación. Y ello se traduce en “quitarnos flexibilidad”, añade otro operador ferroviario, en referencia sobre todo a la carga marítima, lo que supone que la salida del tren está ligada a la escala del barco. No son solo cuatro meses de corte del servicio, “hay un año más de obras que comportarán afectaciones intermitentes”, añaden.
La actuación en el Corredor Mediterráneo forma parte de un plan de obras para mejorar la red ferroviaria en Cataluña, que supone una inversión cercana a los 280 millones de euros.