Prevé un repunte del comercio de este producto siderúrgico tras lograr el puerto la acreditación de la bolsa londinense de metales.
El Depósito Franco de Bilbao habilita una explanada de 8.000 metros cuadrados para el movimiento de palanquilla, con capacidad para albergar cerca de 30.000 toneladas de este producto siderúrgico. La entidad espera un fuerte incremento del tráfico tras lograr el puerto la acreditación de la bolsa londinense de metales para este comercio
La reciente homologación del puerto de Bilbao para el comercio de palanquilla otorgada por la Bolsa de Metales de Londres (London Metal Exchange), que se ha convertido en la tercera dársena de Europa en conseguir este reconocimiento, empieza a dar sus frutos. El Depósito Franco de Bilbao habilita una explanada de 8.000 metros cuadrados de superficie para el almacenamiento de este producto siderúrgico de alto valor añadido, que tendrá capacidad para albergar cerca de 30.000 toneladas. Así lo avanzaron a este periódico fuentes de la entidad, que confían en que esta acreditación, que se suma a la que ya ostenta desde hace años el puerto de Bilbao y varios almacenes ubicados en sus instalaciones para los metales no férricos, permitirá “activar este negocio”.
De hecho, el proyecto contempla el desarrollo de una segunda fase, que prácticamente duplicará la superficie actual, si se cumplen las expectativas de crecimiento previstas por los promotores de la iniciativa. Los mismos interlocutores recordaron, en este sentido, que el tráfico de palanquilla en el puerto de Bilbao ascendió a 24.000 toneladas en 2010, aunque se calcula que gracias a esta homologación pueden pasar por los muelles unas 200.000 toneladas más en dos años. El Depósito Franco de Bilbao gestionó el pasado año en sus instalaciones un total de 357.000 toneladas entre entradas y salidas de mercancías, con un descenso del 8 por ciento con respecto al ejercicio anterior, según recoge la Memoria de Actividad del año 2010 de esta institución.
Por tipo de envases, los graneles sólidos tuvieron un peso del 51 por ciento, mientras que el 27,5 por ciento de las mercancías manipuladas por la entidad fueron graneles líquidos y el 21,5 por ciento restante, carga general. En comparación con el ejercicio anterior, los graneles sólidos recuperaron terreno, tras registrar un crecimiento del 18 por ciento. Por el contrario, los graneles líquidos cayeron un 11 y la mercancía general un 30 por ciento. Una vez más, el lingote de hierro, con movimiento de más de 87.100 toneladas, lo que supuso un aumento del 18 por ciento, fue el principal tráfico, con un peso del 51 por ciento sobre el volumen total de entradas a las instalaciones del Depósito Franco (ver gráfico adjunto).
A continuación, aunque a cierta distancia, se encuentran los productos alimentarios, con una cuota del 17 por ciento, pese a descender el pasado año un 37 por ciento. Dentro de este apartado, destaca el aceite de girasol, que con 14.463 toneladas se convirtió en el segundo tráfico de la entidad, así como el fuerte aumento del aceite de colza, con 12.000 toneladas, que se situó, por primera vez, como la tercera entrada. Por su parte, el azúcar, que ha tenido una presencia destacada en ejercicios anteriores, no registró ninguna entrada en 2010. Los metales no férricos, con un tráfico de 17.600 toneladas, también se vieron afectados por el complicado escenario económico y se desplomaron un 35 por ciento.
En este capítulo, las principales entradas de mercancías correspondieron al plomo, cátodos de cobre y estaño. El Depósito Franco de Bilbao dispone de diez almacenes polivalentes en el puerto, con una superficie de 27.144 metros cuadrados, de los cuales 1.785 son descubiertos. Además, existen dos instalaciones que también funcionan en régimen de depósito franco, que son Depósitos Portuarios (Deposa), destinada al almacenamiento de graneles líquidos alimentarios, y la terminal frigorífica BAFT, con más de 4.000 metros cuadrados. La entidad gestiona, a su vez, el PIF del puerto de Bilbao, que realizó 5.071 inspecciones a lo largo del pasado año, y la operativa del Centro Integral de Reconocimiento Aduanero (CIRA), que realizó inspecciones en 1.607 contenedores.