El desarrollo técnico de los vehículos pesados se ha centrado en los últimos años en la reducción de las emisiones de sus motores.
A pesar de que ha habido loables propuestas de algunos fabricantes de camiones para la mejora aerodinámica de estos vehículos, hay que reconocer que se han quedado mayormente en eso, propuestas. El esfuerzo se ha centrado en adaptar los motores a las diferentes normativas encaminadas a reducir las emisiones contaminantes
Aunque no haya tenido demasiada trascendencia en los medios transportistas de la Europa continental, a finales de octubre del año pasado, la Asociación Británica de Transporte por Carretera (FTA), hizo un llamamiento urgente a la mejora del diseño de los camiones pesados tanto en el frente de la seguridad como en el de la aerodinámica. Se quejaban entonces los transportistas de la patronal FTA de que tenían que gastarse centenares de miles de libras en, por ejemplo, mejorar la visibilidad de las cabinas de los vehículos nuevos que acababan de incorporar a sus flotas, cuando el mejor sistema de acabar con los ángulos ciegos sería que éstos vinieran eliminados “de fábrica”.
Desde la FTA admitían que, con frecuencia, son las normativas vigentes en los distintos mercados las que impiden a los fabricantes de camiones evolucionar el diseño de éstos y, en consecuencia, reclamaban la desaparición de las trabas legales existentes. Desde luego, la FTA forma parte del grupo de expertos de la CE que, con la colaboración de representantes de los propios constructores, estudian las correcciones y actualizaciones que deberían hacerse en la directiva 96/53 ahora vigente sobre estos temas. Naturalmente, los fabricantes desean que haya una armonización de la normativa en la Unión Europea, pues lo que no están dispuestos a aceptar es tener que fabricar un tipo de camión para cada mercado. Pero, en la realidad, las cosas distan mucho de ir por ese camino.
Ahí tenemos como ejemplo el caso de los conjuntos articulados de 25 metros, repudiados por el gobierno español por cuestiones que se decantan más por el lado síndico- laboral que por el meramente técnico o económico, cuando en otros mercados de Europa central son vistos con muy buenos ojos, si no legalmente admitidos, conscientes de las ventajas de reducción de costes (consumo) y emisiones así como de descongestión de tráfico rodado que un uso generalizado de los mismos traería. Y no olvidemos la incertidumbre que se mantiene respecto al paso de 40 a 44 toneladas, asunto que tiene en vilo a tantos sectores del transporte.
PERFECCIONAR LA AERODINÁMICA
Conviene recordar también los trabajos desarrollados por Daimler Trucks y que cristalizaron en propuestas concretas para perfeccionar la aerodinámica de los camiones y los conjuntos articulados, las cuales fueron presentadas en la última edición del Salón de Hanóver, celebrada en 2013. Pese a que las soluciones propuestas entonces habían sido diseñadas para su incorporación como equipamiento posventa a una buena parte de los vehículos ya en circulación, la verdad es que no se aprecia un uso creciente de las mismas por las carreteras europeas.
“Si Bruselas no da prioridad a este asunto o decide ligarlo a otras cuestiones que vinieren a demorar la aplicación práctica de una nueva directiva al respecto, habremos perdido una oportunidad de oro para mejorar la seguridad vial de la forma más eficiente”, advertía entonces Christopher Snelling, responsable de logística urbana y política regional en la FTA.