Sin presupuesto el corredor en ancho internacional para tráfico mixto entre Lérida y Gerona que proyectó el anterior Ejecutivo.
El Eje Transversal Ferroviario, una de las grandes apuestas del anterior Ejecutivo catalán, no tiene ni dotación presupuestaria ni calendario. El Gobierno de Artur Mas aparca el proyecto por la gran inversión que requiere, unos 7.000 millones de euros, a la espera de tiempos mejores. Presentado en 2005, el proyecto se ha quedado en eso
El Eje Transversal Ferroviario, una de las apuestas estrella en materia de infraestructuras del anterior Ejecutivo catalán, tendrá que esperar tiempos mejores. Y es que los tiempos no están para los 7.000 millones de euros de inversión en los que está estimado el proyecto del corredor ferroviario en ancho de vía internacional para tráfico mixto, pasajeros y mercancías, entre Lérida y Gerona, sin pasar por Barcelona.
“No hay ningún compromiso presupuestario para esta obra”, señaló recientemente el consejero de Territorio y Sostenibilidad, Lluís Recoder, en una visita a Santa Coloma de Farners (Gerona), a los medios locales. No hay presupuesto ni calendario de obras, “es un proyecto de futuro para el que no hay ningún plazo previsto”, añadió el consejero. El anterior Ejecutivo catalán barajó su entrada en funcionamiento en el año 2020. El Eje Transversal Ferroviario fue una de las grandes apuestas de los Ejecutivos de Pasqual Maragall y José Montilla, que dio el pistoletazo de salida en noviembre 2005 con la licitación de los estudios informativos y de impacto ambiental del proyecto, en los que se gastó cuatro millones de euros. Una apuesta estrella que se ha quedado en poco más.
El anterior Ejecutivo aprobó definitivamente el Plan Director Urbanístico en enero de 2010 y hay hecha una reserva de terrenos por donde discurrirá el corredor. El ambicioso proyecto, que se ha quedado en el papel, consiste en una línea ferroviaria de 254 kilómetros de longitud, donde los trenes de mercancías alcanzan una velocidad de entre 100 y 120 kilómetros por hora. Como mínimo, se contemplaban dos plataformas intermodales para facilitar el trasvase de carga del camión al tren. Se proyectó un ramal de Igualada a Martorell para enlazar con la línea de mercancías hacia el puerto de Barcelona.