Con las grúas más productivas, más seguras y de mayores dimensiones jamás construidas por la ingeniería, la instalación de APM Terminals de Algeciras ha colocado al puerto español en la vanguardia del mundo portuario.
La apuesta de la multinacional no es el sueño de una noche de verano. Su refrendo inversor por Algeciras afianza el papel del Estrecho de Gibraltar como el principal nexo de unión entre continentes y mercados.
Es la ratificación de que el puerto español es una garantía. Históricamente se ha demostrado que la instalación de la danesa en la rada andaluza es una terminal creíble, que ha sido capaz de adaptarse a cualquier tipo de cambio.
Hoy, Algeciras está en lo más alto gracias a su inversor y a la buena disposición de un equipo humano que ha estado a la altura de las necesidades del nuevo mercado de megabuques. El éxito de Algeciras es un desafío para todas las terminales del sistema portuario español y ya es ejemplo para las instalaciones del mundo entero.
Cada movimiento de lo que sucede en España está siendo analizado meticulosamente por la industria mundial del contenedor. De ahí la ingente necesidad de articular un modelo de estiba flexible, coherente y de futuro, donde la libertad de contratación y de formación del personal portuario sea gestionada y administrada con ingenio empresarial.
El futuro ha llamado a la puerta y viene vestido de megabuque. Hoy el negocio en tierra debe dar una rápida respuesta y el Gobierno de Rajoy no debe quedarse parado esperando a la sentencia del Tribunal de Luxemburgo. Es la hora del diálogo. No hay secretos para el éxito. Sólo se alcanza aprendiendo de los fracasos.