Nissan ha decidido no fabricar el sucesor de su camioneta (‘pick-up’) Navara, también conocida como NP300, en Barcelona, tras no llegar a un acuerdo con los representantes de los trabajadores a los que la filial española del fabricante japonés reclamaba que aceptasen la congelación de salarios entre 2012 y 2014, aumentar en cinco los sábados de trabajo y eliminar los días de asuntos propios y las tres pausas durante la jornada.
En realidad parece ahora bastante evidente que Nissan no tenía la menor intención de fabricar el nuevo vehículo en España, ya que desde el primer momento manejaba tres centros fabriles situados en Thailandia, Sudáfrica y México. Pero los directivos de la filial española de Nissan debieron pensar que si los trabajadores se avenían a hacer las concesiones mencionadas, lo que representaba un aumento de productividad del 6 por ciento, las instalaciones de Barcelona podrían acudir como cuarto candidato a la adjudicación del nuevo modelo.
Ahora, aunque Nissan se ha dado un plazo de un mes para anunciar la elección definitiva del lugar en que se fabricará el sucesor del actual Navara, todo apunta a que la planta surafricana tiene bastantes papeletas para alzarse con la adjudicación, que significará la producción de 60.000 unidades al año del neuvo producto y unas inversiones de unos 80 millones de euros.