El ferrocarril nacional francés (SNCF) se apuntó una pérdida de 1.000 millones de euros en 2009, lo que no le impide seguir la estela de los alemanes de Deutsche Bahn para crecer dentro y fuera de Francia (con la compra de Giraud, y de Arriva, compitiendo con los alemanes, en el Reino Unido). El año horrible de la SNCF se lee con un resultado neto de -980 millones de euros, contra un beneficio de 575 millones en 2008.
Parte de este resultado se debe a la depreciación de activos, pero lo cierto es que el lastre del grupo fue la carga: SNCF Geodis redujo sus ingresos en un 8,1 por ciento (7.322 millones de euros), y el margen operativo se derrumbó de 269 millones en 2008 a -49 millones en 2009. Sin el plomo de Fret SNCF, el margen operativo hubiera sido positivo y superior al de 2008 (318 millones de euros).
El resultado operativo del grupo es de -460 millones de euros. Esta cifra se explica en la despeñada del margen operativo, y en la depreciación de activos (por 1.037 millones de euros). La depreciación se reparte en 245 millones de euros para los activos de mantenimiento de la red ferroviaria (SNCF Infra), consecuencia de la falta de rentabilidad del convenio de gestión de la infraestructura con el ente al cargo de la misma (RFF); y otros 721 millones para la depreciación complementaria de los activos de Fret SNCF, consecuencia a su vez del bajo volumen de transporte.
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