El frenazo en el último instante por parte de General Motors (GM) a la operación de venta de Opel al grupo austríaco Magna ha vuelto a traer la incertidumbre a los proveedores logísticos y de transporte de la planta del fabricante de vehículos en Figueruelas (Zaragoza).
Como recogía este periódico en su pasada edición, el nuevo plan industrial elaborado por Magna para la planta de Opel en Figueruelas había sido recibido con alivio en el sector ya que, además de garantizar la producción de esta factoría en los próximos años y como consecuencia el volumen de actividad logística y de transporte, se tenía constancia de que la austríaca tenía intención de alargar la duración de los nuevos contratos logísticos en Figueruelas, que dejarían de ser anuales y que, por consiguiente, generarían una mayor estabilidad para los proveedores logísticos.
En todo caso y al cierre de esta edición estaban previstas reuniones entre los responsables de GM con los distintos gobiernos de los países en los que se encuentran ubicadas plantas de la firma Opel en Europa (España, Alemania, Bélgica, Polonia y Reino Unido) y los sindicatos. Desde la compañía norteamericana se habla de la presentación de un plan industrial “muy similar” al que acordó Magna.
En este sentido, tanto desde el Gobierno español como desde los sindicatos se asegura que las consecuencias para Figueruelas no irán más allá del umbral fijado con Magna. Fuentes del Gobierno de Aragón han señalado que el cambio de planes puede incluso favorecer a la planta de Figueruelas, ya que aunque la pérdida de empleos prevista sería similar, se aseguraría el futuro de la instalación al dejarle en exclusiva la fabricación del nuevo Meriva y la totalidad de la producción del Corsa, ahora compartida.