Expertos apuntan a la oportunidad que tiene España con el SAF para el aéreo, a un mix tecnológico para la carretera y un mayor peso del modo ferroviario, en el marco de Global Mobility Call.
La tercera y última jornada de Global Mobility Call ha servido para poner aún más el foco en el proceso de descarbonización del transporte. Los expertos han reivindicado aspectos como la oportunidad de país que tiene España con el combustible sostenible de aviación (SAF por sus siglas en inglés), la necesidad de impulsar un mix tecnológico y las infraestructuras de recarga eléctrica para vehículos pesados y el rol más destacado que debe jugar el ferrocarril en el ámbito de las mercancías.
En el caso del SAF, Juan Cierco, director corporativo de Iberia, recordó que este combustible renovable permite el ahorro del 80 por ciento de las emisiones en el transporte aéreo, que en el futuro se elevarán hasta el 100 por ciento cuando el SAF sea puramente sintético. El objetivo ahora es que “el SAF se produzca en mayor volumen y sea más barato, puesto que actualmente supone pagar hasta cuatro y cinco veces más que por el combustible fósil”, advirtió.
Además, “el SAF supone una magnífica oportunidad de país, que permitiría reindustrializar España”, matizó. Según un reciente informe de PWC, la industria de este combustible renovable generaría 56.000 puestos de trabajo e incrementaría en 270.000 millones de euros el PIB español. “Nos podemos convertir en líderes mundiales del SAF”, para lo que “queremos pedir a la Administración que ponga en marcha los incentivos necesarios para impulsar su producción, porque es una oportunidad histórica”, apostilló.
Por su parte, Margarita de Gregorio, presidenta de la Alianza por la Sostenibilidad en el Transporte Aéreo, incidió en que “España es el tercer país europeo en potencial absoluto de biomasa, la materia prima del SAF”. Nuestro país cuenta con un potencial para obtener 214 millones de toneladas anuales con lo que ahora se está generando, por lo que “es un potencial infrautilizado”, recalcó.
Marta Cencillo, responsable de Aviación Sostenible de Moeve (la antigua Cepsa), recordó que su compañía pondrá en marcha un complejo de biocombustible de segunda generación (residuos agrícolas y ganaderos) en Huelva, que “generará no sólo combustible para nuestro país sino también para poder exportarlo”. Además, nuestro país tiene potencial también para convertirse en puntero en el eFuel o biocombustible de tercera generación o sintético, según avanzó Cencillo.
Mientras, Óscar Barrero, socio responsable de Energía de PWC, reclamó una serie de medidas urgentes como poner en marcha incentivos a través de un fondo de SAF que se nutra de los derechos de emisión de CO2 de las propias aerolíneas, “que calculamos alcanzarán los 300 millones de euros anuales”, incentivos fiscales para las inversiones, créditos fiscales “como los que están funcionando también en Estados Unidos”, y ayudas al sector primario. En definitiva, “pedimos que se ponga en marcha una estrategia, un plan nacional del SAF”, recalcó.
Carretera
En el caso de la carretera, la solución para la descarbonización pasa por un mix tecnológico, compuesto por camiones eléctricos, propulsados por combustibles renovables y con pila de combustible (hidrógeno), según resumió el responsable de I+D de Primafrio, Adrián Valverde. “Nuestro objetivo es conseguir ser neutros en emisiones en 2040”, adelantó el directivo. Valverde consideró “insuficiente la intensidad de las ayudas para afrontar esta transición en el transporte por carretera”. En este sentido, apostó por una taxonomía que contemple “los beneficios fiscales, la penalización a empresas que no cumplan y las ventajas a las empresas que sí cumplan”, además de valorar también al consumidor que opte por productos transportados de una manera más sostenible, remarcó.
A su vez, Nuria Lacaci, secretaria general de ACE, también se posicionó a favor de las ayudas económicas para el cambio de flota por parte de la Administración. También las empresas cargadoras deben jugar su papel, según expuso Lacaci, “facilitando el cambio de las flotas a través de contratos de más duración y acompañando a los transportistas de menor tamaño en este proceso de transición, que es complicado”.
Lacaci subrayó que las empresas cargadoras también reclaman ayudas en este proceso de descarbonización del transporte. En este caso, “para la instalación de puntos de recarga en nuestros centros de producción y almacenes, porque los tiempos de conducción y descanso son limitados”, recordó.
Ferrocarril
Otra de las palancas para acelerar el proceso de descarbonización en el transporte de mercancías va a ser el ferrocarril, según destacaron los comisionados del Gobierno para los Corredores Mediterráneo, Josep Vicent Boira, y Atlántico, José Antonio Sebastián.
“La dependencia del transporte por carretera es elevada y el desarrollo del ferrocarril va a resultar clave para combatir el cambio climático”, sintetizó Boira. “Necesitamos un sistema ferroportuario que permita que los camiones trabajen más en el ámbito de la última milla”, matizó. “Las ciudades van a tener más presión cada vez y debemos tener una visión inteligente del territorio, por lo que el tráfico ferroportuario, más las autopistas ferroviarias, van a ser el futuro”, insistió.
En este contexto, el Corredor Mediterráneo, la media de licitación se sitúa en los 1.000 millones de euros anuales y se irá ampliando en los próximos años, según señaló Boira. Cuestionado por la compatibilidad de pasajeros y mercancías en este corredor, el comisionado aseguró que “no va a haber problema de saturación derivado del uso mixto” de la infraestructura.
Por su parte, en el caso del Corredor Atlántico se ha alcanzado un volumen de licitación de obras en el entorno de los 1.200 millones de euros anuales, que “el próximo año se va a duplicar”, anticipó Sebastián. “El coste de cumplir con estos objetivos va a provocar que en los próximos dos años se produzcan muchos cortes en la circulación por las obras, pero hay que tener en cuenta que se está produciendo una movilización de recursos de primer orden”, incidió Sebastián.
En esta línea, “entre los años 2027 y 2029 se van a poner en funcionamiento varias autopistas ferroviarias, la conexión del Corredor Mediterráneo con Valencia, la Y vasca, la llegada a Cantabria, la electrificación del tramo entre Salamanca y la frontera o las obras de alta velocidad entre Lisboa y Madrid”, anticipó Sebastián.