La alarma ha saltado en Algeciras. Maersk está retirando 50.000 contenedores cada mes del enclave español para ubicarlos en Tánger Med. La danesa no cumplirá con los tres millones de TEUs garantizados por convenio y tendrá que indemnizar económicamente a los portuarios.
Para detener la sangría de tráficos, la Autoridad Portuaria, que preside Manuel Morón, ha activado todas y cada una de las bonificaciones posibles que ofrece la nueva Ley de Puertos, pero aún así Maersk ha solicitado abaratar un 20 por ciento el coste de paso de sus contenedores.
Además, la danesa afirma que, con la situación económica mundial, no puede garantizar un volumen de tráfico. Asistimos a un cambio cultural en el negocio del contenedor. Garantizar empleos y salarios en base a crecimientos ha dejado de tener sentido.
Hoy las bases para afrontar futuros crecimientos son la productividad y la tecnología. La competitividad pasa por la semiautomatización, por el estibador tecnológico. Terminales como TTIA, en la propia Algeciras, son la base del futuro. Autoridad Portuaria y sindicato Coordinadora deben lograr enfocar la apuesta de Maersk, ayudando con fórmulas imaginativas para que APM Terminals pueda dar un paso tecnológico que le permita aminorar costes operativos.
Es una receta global. Hoy la única forma de abaratar, sin tocar el salario del estibador, es reajustar la composición de los equipos y corregir la dimensión de la sociedad de estiba dotando de más tecnología a las terminales. Si queremos tener una ventaja competitiva frente a los puertos norteafricanos en el mercado del transbordo, España necesita ganar en eficiencia. No queda otra.
© 2024, todos los derechos reservados.