El transporte de mercancías, con un tamaño próximo a los 55.000 millones de euros en España, apunta a un crecimiento del 12% de las ventas en el año uno después de la pandemia, según el avance de los Libros Blancos que edita Transporte XXI.
El transporte español de mercancías, que lleva el gen de la resiliencia en su ADN, ha salido ‘vivo’ de la pandemia. Tras un difícil 2020, que puso fin a una racha de siete años consecutivos al alza, el sector apunta a un incremento de las ventas del 12 por ciento en 2021, situándose un 10 por ciento por encima de 2019, previo a la crisis sanitaria mundial, y ejercicio récord. Un crecimiento que supera en casi cuatro puntos al del PIB español en el período analizado, que rondó el 8 por ciento.
Esta es la proyección realizada por Transporte XXI a partir de las cuentas de 2021 recabadas en los registros mercantiles, que al cierre de esta edición representaban el 83 por ciento de las empresas del total de la muestra y el 78 por ciento de los ingresos de 2020.
Habrá que esperar a conocer los resultados de 2022, otro año complicado, marcado por la guerra, la fuerte subida de los costes energéticos y la inflación, para ver si se confirma la tendencia, y el paso atrás dado en 2020 ha servido para coger impulso.
De momento, las ventas agregadas del sector, con todos los modos y especialidades en positivo, van camino de situarse en el entorno de los 55.000 millones de euros, unos 6.000 millones más que en los registros prepandemia, marcando un nuevo máximo histórico.
Los transitarios dan la campanada
Entre los mayores crecimientos en 2021, reflejados en este avance de los Libros Blancos de Transporte XXI, destaca el negocio de las empresas transitarias, con una progresión estimada del 33 por ciento. Un significativo aumento que responde, en gran medida, al desorbitado aumento de los fletes de transporte marítimo en dicho ejercicio.
El propio presidente de Feteia, Enric Ticó, reconoció a este periódico que las subidas en los fletes, que “fueron históricas”, ha sido el “factor determinante en el aumento de las cifras de ventas de las compañías del sector”. Ticó recordó que “es una práctica muy extendida que el transitario asuma el pago de los honorarios del transportista efectivo -en este caso de las navieras- y luego lo repercuta al cliente cuando le factura por sus servicios, ofreciendo comodidades y efectividad en la operativa”. Eso sí, puntualizó que una cosa es el aumento de la cifra de negocio y otra muy distinta el margen comercial, tras descontar los pagos realizados a navieras y otros prestadores de servicios. “La cuenta de resultados no sigue la misma tendencia que la cifra de ventas, sino más bien al contrario. En los períodos de aumentos de costes tan agudos como en 2021 y 2022, los márgenes de la gran mayoría de las compañías, no solo ya de transitarias, se ha reducido, con excepciones evidentes, como las propias navieras, por lo que el impacto suele ser negativo”. Al final, “lo que beneficia a las compañías del sector del transporte y del comercio exterior es el aumento de la actividad”, añadió el presidente de Feteia. En este sentido, concluyó que “las cifras de actividad de 2021 fueron en general positivas o, al menos, en tendencia creciente, teniendo en cuenta, eso sí, que veníamos de un 2020 muy negativo, al contrario de lo que ocurre en la actualidad”.
El informe también deja claro que el transporte por carretera continúa siendo el rey. Se lleva casi la mitad del pastel, con una cuota que representa el 43 por ciento. El avance elaborado por este periódico apunta a un crecimiento del 7 por ciento con respecto a 2020 y un 5 por ciento frente a 2019. “No hay demasiadas sorpresas”, señaló a Transporte XXI el vicepresidente ejecutivo de Astic, Ramón Valdivia. “Siempre hemos sabido que la subida o el descenso de actividad del transporte pesado por carretera está directamente correlacionado con la tendencia positiva o negativa del PIB del país”.
De ahí que, si se cumplen las previsiones de todos los organismos sobre el PIB español, y del resto de socios de la UE, Valdivia augure que “2023 no será un buen año para las empresas del sector, que volverán a sufrir embates en sus cuentas de resultados por el estrechamiento de sus ya exiguos márgenes”. En este sentido, recordó la disminución de la demanda tras el verano, que “ha hecho que los precios se tensionen y hayamos entrado en el nuevo año con esa dicotomía de que los precios del combustible han tendido a la baja, pero el precio del resto de costes que soporta un camión, al contrario, han subido y fuertemente en algunos apartados como el vehículo, la financiación o los seguros”.
Buen año para el marítimo-portuario
El año 2021 también ha sido bueno para el sector marítimo y portuario, que empezó a notar la recuperación del tráfico en los puertos españoles. Las empresas de esta industria, que incluye navieras, consignatarias, terminalistas, remolcadores y amarradores, apuntan a un incremento de las ventas del 9 por ciento en 2021, superando los registros prepandemia.
Las reflexiones del secretario general de Anesco, José Luis Romero, apuntan en esa dirección. “Los tráficos lograron recuperarse gracias al crecimiento de la economía nacional -y, por tanto, aumentó el tráfico import-export-, y a la recuperación de la economía internacional, que posibilitó el incremento de los transbordos, favorecidos también por la posición estratégica de nuestras terminales en relación con las grandes rutas marítimas”, explicó Romero. En cuanto al ejercicio 2022, aún sin datos oficiales, el secretario general de Anesco también espera un “buen resultado”, gracias a la progresiva recuperación de los tráficos, que rozaron el pasado año el récord alcanzado en 2019. Eso sí, pone el foco en los retos que afectan al sector, como “el incremento de los costes laborales y, en estos momentos, sobre todo, el aumento desorbitado de los energéticos, que en 2022 crecieron un 166 por ciento respecto a 2020”.
La industria express, al calor del ecommerce, también lleva buena marcha. La proyección realizada apunta a un crecimiento del 8 por ciento respecto al primer año de la pandemia y del 5 por ciento frente al ejercicio 2019.
A continuación, se sitúan los operadores logísticos. Las empresas de esta especialidad apuntan a un avance de las ventas del 7 por ciento. El presidente de UNO, Francisco Aranda, ya adelantó un incremento de la actividad de los operadores logísticos en 2021, a pesar de que el ejercicio arrancó con “una enorme incertidumbre”, ya que se trataba del año posterior al estallido de la pandemia y estuvo “marcado por las restricciones anticovid y por un inmenso esfuerzo por parte de las empresas para reactivar la economía”.
El boom del ecommerce
Entre los culpables de la buena marcha del sector destaca el avance del ecommerce, que finalmente se situó en el 6 por ciento, con un nuevo techo de número de envíos, 725 millones, y la recuperación de la actividad del transporte por carretera. No obstante, “el crecimiento podría haber sido aún mayor de haberse ejecutado a tiempo los esperados Fondos Europeos Next Generation, con los que esperábamos seguir impulsando la transformación digital de la cadena de suministro y la sostenibilidad medioambiental”, lamentó Francisco Aranda.
Las previsiones de 2022 no son optimistas. “El sector, por primera vez desde la pandemia, vio mermada su actividad”, subrayó Aranda, tras recordar el impacto de la “inflación, el desbocado incremento de los precios de la energía y los combustibles, el conflicto bélico en Ucrania y la crisis de los contenedores en China”, entre otras cuestiones. Además, el presidente de la patronal logística señaló que “el frenazo en el consumo provocado por esta crisis se ha dejado sentir también en los datos de afiliación, pues, aunque hemos superado el millón de afiliados, la curva de crecimiento ha comenzado a aplanarse”.
Por último, en cuanto a las previsiones para este año, UNO lanzó un aviso a navegantes. “La situación económica, así como el incremento de la presión fiscal aprobado por el Gobierno, seguirá lastrando nuestro crecimiento, la creación de puestos de trabajo y las inversiones que tanto necesitamos para ganar competitividad”, concluyó.
Más información en la última edición de Transporte XXI.