El Ministerio de Fomento prevé impulsar el nuevo centro en Aranjuez, mientras que la Comunidad planifica la construcción de una macroplataforma intermodal en Arganda.
El Gobierno regional ha alertado sobre la posibilidad de que se produzca un exceso de oferta de terminales ferroviarias intermodales en Madrid en el futuro. Fomento impulsará un centro en Aranjuez que no ha sido pactado con la Comunidad, que a su vez planifica la construcción de una macroplataforma intermodal en Arganda
El consejero de Transportes de Madrid, José Ignacio Echeverría, ha lamentado en público y en privado la falta de coordinación entre las administraciones central y regional a la hora de elaborar una propuesta conjunta en materia de infraestructuras logísticas ferroviarias en la región. La ausencia de un pacto en esta materia precupa al Gobierno que preside Esperanza Aguirre, ya que puede dar lugar a un exceso de oferta de terminales ferroviarias intermodales en el futuro.
En concreto, el Ministerio de Fomento está decidido a impulsar la construcción de un centro logístico ferroviario en Aranjuez, mientras que la Comunidad de Madrid tiene previsto poner en marcha en los próximos años una macroplataforma intermodal en la localidad de Arganda del Rey. Además, esta plataforma de Arganda del Rey servirá de centro de consolidación de las cargas que circulen por el otro gran proyecto en esta materia que maneja el Gobierno regional a través de su Plan de Infraestructuras Logísticas de Madrid, es decir, el by-pass ferroviario de mercancías.
Para Echeverría, el reciente Plan de Impulso al Ferrocarril de Mercancías que promueve el Ministerio de Fomento se debería haber elaborado “con el consenso de todas las comunidades autónomas” y que la Comunidad de Madrid espera que este impulso al transporte ferroviario de mercancías se realice finalmente “evitando los favoritismos del Gobierno central hacia algunas regiones”. Echeverría, que asumió la portavocía de los distintos consejeros de transportes de las regiones gobernadas por el Partido Popular en la cumbre que celebró el ministro José Blanco para presentar el mencionado plan, ya expresó entonces, según ha podido conocer este periódico, su malestar al entender que en el caso de Madrid había duplicidades evidentes en la planificación logística a nivel regional.
En Madrid se encuentran actualmente en activo la terminal intermodal del Adif de Abroñigal y los puertos secos de Coslada y de Azuqueca de Henares, ya que éste último a pesar de encontrarse en la provincia de Guadalajara está ubicado en el límite de la región de Madrid y su razón de ser es precisamente la de dar servicio a esta comunidad. Además, teniendo en cuenta las especiales características de la terminal de Abroñigal, ubicada en pleno corazón de la capital, Fomento encargó un estudio a una consultora para que identificara la mejor alternativa para su reemplazo, que finalmente se concretó en la actual estación de clasificación de Vicálvaro, también propiedad del Adif. A estas terminales se sumarán las de Aranjuez y Arganda del Rey.
El objetivo es atraer tráficos de la carretera
La apertura de nuevas terminales ferroviarias de mercancías en Madrid, teniendo en cuenta la oferta existente en la actualidad y la escasa cuota de mercado de estemodo de transporte sólo puede tener como objetivo “robarle” cuota a la carretera. En este sentido, un directivo de una de las principales terminales actualmente en marcha reconoce que “la lógica dice que la oferta crea su demanda, pero ¿hasta qué punto una mayor oferta de ferrocarril en Madrid va a servir para crear una mayor demanda?”.
La única respuesta positiva a esta incógnita pasa inexcusablemente por conseguir atraer tráficos de la carretera. “Sin duda, los tiros tienen que ir por ahí, por sacar tráficos de la carretera, ya que actualmente el corredor ferroportuario tiene una cuota de mercado que escasamente supera el 20 por ciento y ahí está claro que se puede crecer con una oferta competitiva”.
Por otro lado, para otro experto del sector, “las terminales intermodales de Madrid mueven en conjunto algo más de 100.000 TEUs, por lo que si se consigue incrementar en los próximos años esa cifra hasta, por lo menos, el cuarto de millón de TEUs podríamos decir que se han hecho las cosas bien”. Además, en todo este asunto es primordial entender que “las infraesctructuras son muy caras y no sólo hay que pagarlas, sino también mantenerlas”.