Sus entregas de camiones en el mundo se desplomaron un 49% y acumula ya cinco trimestres consecutivos en números rojos.
El grupo sueco, con unas pérdidas de 1.440 millones de euros en 2009, ha cerrado un ejercicio negro, uno de los peores de su historia, pero acomete 2010 con perspectivas de recuperación de los mercados. Así lo aseguró el presidente ejecutivo, Leif Johansson, que puso sus mejores expectativas en Asia y Suramérica
Volvo, el grupo sueco que fabrica y vende camiones con las marcas Volvo, Renault, Mack, UD Trucks y Eicher Motors, registró en 2009 pérdidas netas de 14.700 millones de coronas (unos 1.440 millones de euros) frente a los 10.000 millones de coronas de beneficios conseguidos en 2008. Las pérdidas registradas en el cuarto trimestre del año pasado fueron un 47 por ciento superiores a las del mismo período de 2008, pero afortunadamente muy inferiores a las que sufrió en el segundo trimestre de 2009, el peor de la historia del grupo. Durante el cuarto trimestre de 2009, Volvo contabilizó unos gastos de 1.400 millones de coronas por reestructuración y devaluación de activos.
Leif Johansson, presidente ejecutivo de Volvo, pasó de puntillas sobre los detalles más tristes del balance de 2009, manejando durante su rueda de prensa sólo los resultados de explotación que, aunque también negativos, fueron menos sangrientos que los resultados netos, centrándose sobre todo en el notable aumento del “cash-flow” durante el último trimestre de 2009, que pasó a ser de 8.600 millones de coronas, frente a los 1.800 millones negativos del mismo trimestre de 2008. Este punto es el que ha sido considerado como más esperanzador por los analistas internacionales.
Durante 2009, las entregas de camiones del grupo en todo el mundo bajaron un 49 por ciento, siendo de sólo 127.681 unidades. El mayor descenso lo experimentó el mercado europeo (Europa de los 27 más Noruega y Suiza) donde se entregaron 49.145 unidades, un 60 por ciento menos que en 2008. En Norteamérica se entregaron 17.574 (-42 por ciento); en Suramérica, 12.587 (-30 por ciento); en Asia, 34.800 (-43 por ciento); y en el resto de los mercados, 13.575 (-33 por ciento). Mirando a la bola de cristal, Johansson dijo que en 2010 la demanda de pesados podría crecer un 10 por ciento en la Europa de los 29, mientras que en Norteamérica podría aumentar de un 20 a un 30 por ciento, dato éste que Johansson apoyó en el hecho de que como el anterior pico de la demanda se registró en 2006, los transportistas ya no tienen más remedio que comenzar a renovar sus flotas.
No obstante, el presidente ejecutivo de Volvo reconoció que tanto en Europa como en Norteamérica la demanda presente era aún muy débil, aunque si subrayó que la cartera de pedidos había empezado a recuperarse ya en el último trimestre del año 2009. Pär Östberg, responsable de las operaciones de Volvo en Asia, indicó que pese a que en 2009 se habían vendido menos camiones en ese mercado, era muy positivo que la demanda en el segundo semestre de 2009 se hubiera recuperado un 45 por ciento respecto al primer semestre de ese mismo año.
“Una de las ventajas de nuestra actividad en Asia es que allí casi no tenemos camiones en ‘stock’ y que nuestra plantilla en la zona tiene un alto grado de temporalidad”, señaló Östberg, tras añadir que con un parque de 500.000 vehículos, el negocio de la posventa tenía una gran importancia y había generado 25.000 millones de coronas suecas en 2009.