Hay financiación pública, 800 millones de euros hasta 2030, pero también hay retos que superar, como quintuplicar la potencia eléctrica en los muelles o unas tarifas eléctricas atractivas.
La terminal de BEST en el puerto de Barcelona se convirtió el pasado mes de julio en la primera especializada en contenedores del Mediterráneo en contar con el sistema OPS (Onshore Power Supply) para que los buques se alimenten de electricidad mientras permanecen atracados sin necesidad de funcionar con motores auxiliares. Se trata de un paso importante para la descarbonización de la actividad portuaria, aunque todavía quedan retos importantes que superar, como se puso de manifiesto recientemente en el marco de la Semana Portuaria, organizada por la Universidad Internacional Menéndez Pelayo (UIMP) en el Palacio de la Magdalena de Santander.
Los planes de empresa de las 28 autoridades portuarias recogen una inversión global de 800 millones de euros para el desarrollo de infraestructuras básicas ligadas directamente a la construcción de OPS en un periodo de siete años, entre 2023 y 2030. La cifra “no incluye la inversión privada que puedan ejecutar los prestadores del servicio de suministro de energía eléctrica a buques”, señalan fuentes de Puertos del Estado.
Parte de esta inversión pública se financia con fondos europeos. De hecho, los planes de electrificación de muelles de los puertos de Gijón (2,6 millones de euros), Barcelona (15,18 millones) y Valencia (23,86 millones) son tres proyectos de los 22 españoles que recibirán ayudas en el marco de la última convocatoria CEF 2023.
En el caso de la financiación privada, Puertos del Estado “está trabajando para fijar un marco de condiciones que faciliten a las empresas prestadoras del servicio la rentabilización de sus propias inversiones y también con posibilidad de acogerse a financiación europea”, añaden desde el organismo público. El objetivo de Puertos del Estado es que “los puertos de titularidad estatal estén preparados para suministrar energía eléctrica, al menos a los buques portacontenedores y de pasaje (cruceros y ferris), en 2030”, que es el plazo que fija la normativa europea.
Es un objetivo ambicioso a tenor de las dificultades existentes. Para que los buques puedan conectarse directamente a la red eléctrica mientras permanecen atracados, “es necesario desarrollar redes de distribución de energía eléctrica en los muelles capaces de proporcionar grandes potencias”. En concreto, los muelles españoles necesitan quintuplicar la potencia que actualmente tienen para contar con la energía eléctrica que necesitan los OPS. Es más, “esa energía eléctrica tiene que ser adaptada al voltaje y frecuencia que necesitan los buques, mediante unos equipos eléctricos específicos a modo de subestaciones OPS”. Por otra parte, el “enchufado” no debe interferir la operativa portuaria.
Hay otros deberes pendientes como “reducir, en la medida de lo posible, el precio del suministro (eléctrico) a los barcos para que sea competitivo”, reconoció Álvaro Rodríguez Dapena, presidente de Puertos del Estado, en el acto de inauguración del sistema OPS en el puerto de Barcelona. “Adaptar la ley del sector eléctrico a la portuaria” o “estandarizar procedimientos y digitalizarlos” son otros deberes pendientes, señaló Ana Arévalo, nombrada Energy Transition Manager de la Autoridad Portuaria de Barcelona para desarrollar el proyecto Nexigen, que es el nombre del plan de electrificación de muelles de la dársena catalana.
Con el objetivo de superar los retos pendientes, Puertos del Estado ha establecido “una vía de diálogo abierto y fluido con el Ministerio de Transición Energética, Red Eléctrica, CNMC, distribuidoras y comercializadoras para desarrollar las infraestructuras eléctricas de transporte y distribución que necesitan los puertos”, añaden desde Puertos del Estado.
La instalación del OPS en la terminal de BEST es el primero de los dos proyectos piloto que se ha materializado. El otro piloto está en fase de desarrollo en Terminal Ferri de Barcelona (Grimaldi), dedicada a tráfico ro-ro y ro-pax, que será una realidad antes de finalizar el año, de cumplirse las previsiones.
La construcción del primer OPS ha implicado el despliegue de una red de media tensión con 3.000 metros de cable hasta el mismo bordillo del muelle, donde se han instalado tres cajas de conexión diseñadas específicamente para ser compatibles con la operativa de la terminal. La fase piloto dura dos años. Y en estos dos años se realizarán un total de 92 conexiones, que supondrá la eliminación de 2.500 toneladas de emisiones de CO2.