El ahorro alcanza los 700 millones de euros al año, según un estudio de la Fundación Corell.
El megatruck de 25,25 metros y 60 toneladas genera una reducción del 22 por ciento en el coste por tonelada-kilómetro. Sumándole la reducción de los costes externos, el ahorro para el conjunto de la sociedad alcanza los 700 millones de euros al año, según un estudio realizado para la Fundación Francisco Corell
El megatruck no es un vehículo extrapolable a todos los servicios de transporte, pero daría lugar a grandes beneficios. Esta es una de las conclusiones principales de la presentación pública del estudio ‘El efecto de la implantación del vehículo de 25,25 metros y 60 toneladas en España” de la Fundación Francisco Corell, presentado recientemente en Madrid. Estos beneficios se sustentan además en grandes cifras, como una reducción de más del 22 por ciento en los costes por tonelada/kilómetro y la eliminación anual de más de 300.000 toneladas de emisiones de CO2, más de 8.000 toneladas de NOx y más de 250 toneladas de PM10.
Por eso, el ahorro total de costes para el conjunto de la sociedad se estima en 700 millones de euros al año, equivalente a un 0,07 del Producto Interior Bruto (PIB), si incluimos la reducción de costes externos por la mayor eficiencia energética. “Quizá no es el mejor momento para la introducción de un vehículo así, pero no podemos ponerle puertas al campo”, apuntó Miguel Ángel Ochoa, presidente del Patronato de la Fundación Francisco Corell. Lo que está claro es que “este vehículo incrementa la eficiencia y la productividad del sector”, matizó. Por su parte, el presidente de Astic y vicepresidente de la IRU, Pere Padrosa, apuesta por este tipo de soluciones imaginativas, que “aportan ventajas como la reducción de consumos, medioambientales e incrementan la competitividad”.
Para Padrosa, “innovar es nuestra razón de ser como empresarios, pero siempre que esa innovación se traduzca en IVA, el resto no va a ninguna parte”. Por eso, “tenemos la obligación de abrir un debate sobre este vehículo, sin miedos, para llevar ante la Administración española y ante Bruselas una posición consensuada sobre si puede ser una buena solución para el futuro”, sentenció Padrosa. A su vez, José Manuel Vasallo, profesor de Transportes de la ETSI de Caminos de la Universidad Politécnica de Madrid, subdirector de Transyt y uno de los responsables del estudio, consideró que las voces críticas dentro del sector contra este tipo de vehículos basadas en que es un esfuerzo baldío porque posteriormente se va a trasladar la eficiencia íntegramente al cliente, tienen una visión “muy cortoplacista”, ya que lo correcto es pensar que “va a mejorar el país en su conjunto, lo que también beneficiará finalmente al transporte”.
El megatruck tiene su razón de ser en que la implantación de un vehículo de estas características permite a los operadores de transporte fusionar cargas y, por consiguiente, reducir el tráfico de vehículos requeridos para recoger y distribuir una cantidad dada de mercancías, lo que se traduce en beneficios económicos, sociales y medioambientales, tal y como se recoge en el estudio presentado por Alejandro Ortega, ingeniero de Caminos responsable del área de Financiación e Infraestructuras de Transyt. El estudio ha tratado de analizar los impactos del incremento de la masa máxima autorizada (MMA), de 40 a 60 toneladas, “a fin de servir de base para la toma de decisiones futuras y la implementación de una nueva legislación que permita el uso de camiones con mayores dimensiones”.
El estudio incluye los beneficios que se obtendrían al incrementar la MMA. El análisis se ha realizado teniendo en cuenta la utilización del megatruck en corredores concretos en los que el tránsito de camiones es elevado. En estos corredores, el megatruck permitiría el ahorro de un 8,2 por ciento de vehículos y alcanzaría una cuota estimada del 12 por ciento entre el total de camiones en circulación por los mismos. En cuanto al consumo, el mayor tamaño del megatruck genera un incremento del 33 por ciento en el gasto de combustible, “pero se compensa plenamente con un aumento de la capacidad de carga del 60 por ciento”, aseguró Ortega. Además, los resultados del estudio presentado por la Fundación Francisco Corell se han complementado con pruebas de campo realizadas con vehículos de 60 toneladas en las pistas de ensayo del Instituto Nacional de Técnica Aeroespacial (INTA) en Madrid.