Las tractoras, con un 78,2% de incremento, constituyen el motor de la recuperación, mientras que los vehículos rígidos pesados experimentan un ligero descenso del 2,5%.
Aunque las comparaciones se realicen sobre niveles previos anormalmente bajos, es satisfactorio ver crecer la demanda de las tractoras, termómetro de la actividad económica. Sin embargo, en el resto de segmentos, la recuperación no es tan rápida, lo que refleja la guerra de precios entre fabricantes para dar salida a sus excedentes
Evidentemente, si en condiciones normales nos encontrásemos con un crecimiento del 78,2 por ciento en la demanda de tractoras, estaríamos aplaudiendo, pues ello reflejaría que la economía se recupera a toda velocidad. Desgraciadamente, por un lado, venimos de unos niveles de demanda muy bajos y, por otro, la economía no está especialmente boyante, por lo que no queda más remedio que admitir que la guerra de precios que practican los fabricantes es en gran medida responsable de esa espectacular recuperación de las ventas de tractoras.
De hecho, si se consideran los datos de matriculación en los otros segmentos de mercado que, como los de tractoras, ha publicado la patronal Aniacam para el primer semestre de 2011, se observa que en el segmento de camiones ligeros (de 3,5 a 6 toneladas de peso con carga), el avance es sólo del 5,8 por ciento con relación al mismo semestre de 2010; en el de tonelaje medio (6 a 15,9 toneladas), el aumento es del 7,7 por ciento; y, por último, en el de camiones rígidos pesados (de 16 toneladas en adelante) incluso se produce un retroceso del 2,5 por ciento.
En los rígidos pesados supone una rémora el subsegmento de los vehículos de obras (344 matriculados), que sigue a la baja de forma notable (-31,3 por ciento), lo que frena la recuperación del 11,4 por ciento que registraron los rígidos de carretera (1.164 matriculados). Complementando esta información sobre nuevas matriculaciones de vehículos industriales en el mercado español, hay que subrayar que Ganvam, la asociación de vendedores y concesionarios de automóviles, detecta un crecimiento del 2,6 por ciento en las ventas de vehículos usados, de acuerdo con los datos del Instituto de Estudios del Automóvil.
Esta evolución, que sólo corresponde a los cinco primeros meses del año, tampoco está en consonancia con la efervescencia del segmento de tractoras. Desde luego, de los 148.964 usados comercializados de enero a mayo, hay que tener en cuenta que sólo 17.036 son vehículos de más de 3,5 toneladas, siendo los que aún están por debajo de ese tonelaje los que más aumentan sus ventas.
Es interesante reseñar que en los cinco primeros meses de este año se vendieron 4.156 rígidos pesados, con un crecimiento del 6,5 por ciento, y 8.236 tractocamiones, un 7,9 por ciento más que en el mismo período del ejercicio anterior, lo que muestra unas evoluciones más normales y compensadas que las que se han comentado antes para los vehículos nuevos. Una realidad que vuelve a poner en evidencia la existencia de un elemento distorsionador, que no es otro que la guerra de precios que, en su deseo de dar salida a los vehículos no vendidos durante los años de crisis económica, han desencadenado los fabricantes.