La preocupante situación de las ventas en el segmento más ligero, con un descenso del 14,4%, pone en evidencia las dificultades por las que atraviesan los autónomos.
Aunque su evolución parece favorable a primera vista, la matriculación de vehículos industriales en el mercado español, con un avance del 4,4% hasta septiembre, no muestra una marcha sólida. La preocupante situación de las ventas en el segmento más ligero refleja la delicada situación por la que atraviesan los autónomos
La matriculación de vehículos de más de 3,5 toneladas de peso total con carga alcanzó en España un total de 9.745 unidades hasta septiembre, con un avance del 4,4 por ciento, según los datos preparados para la patronal Aniacam por Urban Science a partir de las cifras distribuidas por la Dirección General de Tráfico, organismo que ha tenido en vilo durante casi una semana a todos los analistas que trabajan con las cifras facilitadas por él. Según parece, la DGT acometió a partir de agosto la puesta en marcha de un nuevo proceso informático para la recopilación y elaboración de sus cifras sin tener la precaución de mantener en paralelo el sistema tradicional con lo que cuando el nuevo planteamiento no ha funcionado, la DGT se ha quedado “in albis” y con ella todos los que trabajamos sobre sus cifras.
Ha habido un período de 10 días en que la DGT no ha facilitado los datos que suministra a diario y aún en el momento de escribir estas líneas las cifras de turismos comercializados a través del canal de alquiladores siguen sin conocerse con precisión. Afortunadamente, en Aniacam dan por buenos los datos relativos a vehículos industriales y sobre ellos vamos a construir el casi habitual comentario trimestral sobre el mercado español de estos vehículos. Extrayendo tan sólo los vehículos de más de 6 toneladas, se matricularon 8.452 unidades de este tipo, con un avance del 7,3 por ciento en el período analizado. De aquí puede sacarse ya una conclusión significativa, que es el desastroso nivel de ventas en el segmento de más de 3,5 a menos de 6 toneladas.
Que en un país como España se hayan matriculado sólo 1.293 de estos vehículos en nueve meses, da un promedio de casi 144 unidades por mes. El lector puede imaginar lo que va a pasar si se divide esa cifra entre el total de concesionarios de las 8 marcas con una presencia de cierta significación en el segmento. Es evidente que las redes de distribución están pasando por serias dificultades en esta categoría y con esa proporción de ventas mensuales no se deben poder cubrir casi ni los gastos de personal.
La explicación de esa pobre cifra de matriculación no queda más remedio que buscarla en la crítica situación por la que atraviesan los autónomos, incapaces de conseguir no ya créditos para renovar el material rodante, que ya es difícil, sino incluso de mantener el que tienen, retrasando las revisiones periódicas y contribuyendo también con ello a mermar los ingresos en el área de posventa de concesionarios y talleres libres.
En las 16 toneladas encontramos una clara línea divisoria que señala una radical diferencia en el comportamiento a uno y otro lado de la misma. Mientras que en las tractoras y rígidos pesados siguen creciendo sobre el mismo período de 2009, aunque ya decimos que la matriculación de estos vehículos era entonces muy baja, por debajo de las 16 toneladas la demanda sigue bajando, concretamente un 11,3 por ciento, que se conforma con un descenso del 14,4 por ciento en el segmento de 3,5 a 6 toneladas y con otro descenso del 9,3 por ciento en la categoría de 6 a 16 toneladas.