Aunque la inscripción de deudoras en el Registro de Morosos de Feteia sigue igual.
La morosidad que sufre el sector transitario no ha ido a más en cuanto al número de deudores, pero el montante de los impagos se dispara. La inscripción de deudoras en el Registro de Morosos de la federación transitaria Feteia se mantiene al mismo ritmo que en 2009. En cambio, la deuda crece el 42 por ciento en un año
La morosidad que sufre el sector transitario no ha ido a más en cuanto al número de deudores este año respecto a 2009, pero el montante de la deuda crece el 42 por ciento, según se desprende de los datos del Registro de Morosos de Feteia. Esta herramienta creada por la federación española de asociaciones transitarias para facilitar el cobro de las deudas a sus empresas asociadas ha registrado una media de 10 nuevas altas (empresas morosas registradas) al mes hasta octubre de 2010, la misma cifra que el año pasado (cuatro al mes en 2007 y 2008).
En cambio, el importe de la deuda ha pasado de los 9.322 euros de media por transitaria usuaria de este servicio a los 13.306 euros. Este año también ha crecido el temor a los impagos que hay en el sector teniendo en cuenta la evolución del número de consultas que las transitarias han realizado al registro para comprobar si un potencial cliente está en la lista: de las 49 consultas al mes registradas en 2007 y 2008, se pasó a las 77 en 2009 y se ha llegado a las 83 consultas mensuales en 2010. Además, han aumentado las empresas asociadas a Feteia que se han inscrito en el registro, aunque siguen representando un porcentaje bajo sobre el total que se pueden beneficiar.
En los 10 primeros meses del año se han convertido en usuarias de este servicio 29 transitarias, con lo que suman un total de 112 (el 17,5 por ciento de las federadas). “Tenemos que seguir haciendo pedagogía para que las empresas conozcan a fondo la utilidad del sistema”, señaló Enric Ticó, presidente de Feteia. El registro mantiene su efectividad como herramienta disuasoria. El 80 por ciento de los expedientes iniciados no culminan. Es decir, el moroso paga la deuda o llega a otro tipo de arreglo con el acreedor para no aparecer en la lista.
El sistema establece que la empresa usuaria tiene que hacer una inscripción previa del deudor, anotación que no es visible. El sistema informático del registro, sin intervención humana, avisa al moroso y le da una oportunidad de saldar la deuda antes de apuntarlo. El Registro de Morosos, que Feteia puso en marcha en junio de 2007, es un sistema muy reglado, seguro y blindado para que no produzcan injusticias, destaca Ticó.
La transitaria usuaria del mismo únicamente puede hacer una consulta individualizada, es decir, saber si una empresa determinada está en la lista, no visualizar el conjunto de deudoras registradas. Para inscribir a una empresa morosa, el acreedor debe haber exigido previamente el pago de la deuda por carta certificada u otros medios y el vencimiento del pago tiene que tener una antigüedad inferior a los seis años.
Feteia negocia con otras organizaciones empresariales para que se sumen al registro. “ Si hay más usuarios, hay más empresas morosas dadas de alta, y mientras más deudoras se conozcan, el registro más efectivo será”, añadió Ticó. La creación del Registro de Morosos se ampara en un Real Decreto de 2006 que regula la exención a la Ley de Defensa de la Competencia de determinadas categorías de acuerdos de intercambio de información sobre morosidad.