El precio de un viaje para un radio de hasta 15 kilómetros baja el 40% y el margen de la empresa comercializadora sobre la tarifa que cobra el autónomo cae más de la mitad.
El transporte de contenedores por carretera en el puerto de Barcelona prácticamente se subasta al mejor postor. Con la crisis instalada en los muelles y flota parada, los precios están por los suelos. La tarifa de una empresa para un radio de hasta 15 kilómetros ha pasado de 150 euros en enero de 2008 a 90 euros en 2009 por viaje
El negocio del transporte del contenedor por carretera en el puerto de Barcelona se ha convertido en un “mercadeo” al mejor postor por obra y gracia de la caída de tráficos en los muelles. Con el 15 por ciento de la flota de vehículos propios parados -unos 127 camiones- de las empresas pertenecientes a ALTC y una sobreoferta de más del 20 por ciento del total del censo de 2.100 camiones, entre los de empresa y de autónomos, que operan en la dársena, según cálculos de la patronal del transporte, no importa ni la calidad del servicio ni los años de relaciones comerciales con el cargador o intermediario.
Lo único que vale es el precio del porte, que está en caída libre y sin que se vislumbre el fondo. Si en enero de 2008 la tarifa de una empresa de transportes del puerto de Barcelona para un radio de hasta 15 kilómetros estaba en unos 150 euros el viaje, ahora se puede llegar a conseguir hasta por 90 euros, es decir, un 40 por ciento menos, según diversos empresarios consultados por este periódico.
Y para largas distancias, por ejemplo, un trayecto entre el puerto de Barcelona y Madrid, se ha pasado de 1,03 euros por kilómetro a 89 ó 90 céntimos. “Todos, consignatarios, agentes de aduanas y transitarios nos están imponiendo los precios”, señalan desde una empresa, que factura alrededor de 1,5 millones de euros al año, y que reconoce que para continuar trabajando, “tenemos que cobrar precio de autónomo” en las distancias inferiores a los 200 kilómetros.
Las empresas que siguen manteniendo sus tarifas de comercializadoras han reducido precios y, además, han bajado más de la mitad el margen comercial que aplican a los honorarios del autónomo que contratan. Si en época de vacas gordas este margen llegaba al 15 por ciento, “ahora no pasa del 7 por ciento”, aseguran desde otra empresa, que en 2008 logró salvar los trastos e, incluso, incrementó más del 10 por ciento su facturación, hasta los tres millones de euros, mientras que para este año su volumen de negocio caerá alrededor del 40 por ciento. “Nos vienen clientes con los que llevamos trabajando años con listas de ofertas de otros competidores y nos obligan a igualar los precios para seguir con nosotros.
Y esto se está produciendo cada vez con más frecuencia”, añaden desde esta compañía. “Hemos dejado de trabajar para un cliente que estaba con nosotros desde que creamos la compañía, hace 20 años, porque no podíamos bajar más el precio”, añaden desde otra empresa, que no ha pasado por el aro, cuyo volumen de negocio ha bajado el 37,5 por ciento de enero de 2008 a octubre de este año y la facturación de los autónomos que contrata aún ha descendido más, el 44,4 por ciento.
Y es que este colectivo, el de los autónomos, también está pagando muy cara la caída de la actividad en la dársena. En lo que va de año, los camioneros por cuenta propia han reducido su facturación de media entre el 45 y el 50 por ciento y, en algunos casos, casi el 60 por ciento, según la asociación de autónomos Transcont. “De facturar una media de entre 7.000 y 9.000 euros al mes el pasado año, ahora se está entre los 3.500 y los 4.500 euros”, señalan.
Esta caída se debe “a la masificación del puerto y al exceso de oferta de transporte fomentada por la competencia desleal y el intrusismo profesional a diferentes escalas”, añaden desde la asociación de autónomos. Ni empresas de transporte ni autónomos han percibido brotes verdes para ver la situación a medio plazo con cierto optimismo. “Los brotes están en las plantas”, señalan fuentes de ALTC, que calcula que sus asociados cerrarán 2009 con un 30 por ciento menos de actividad en comparación con 2008, “cuando ya se trabajó entre un 15 y un 20 por ciento menos que en 2007”.
Y si la actividad baja el 30 por ciento, “la facturación aún caerá más”. “Tenemos en un día ocho viajes para una flota de 26 camiones, cuando antes prácticamente salían todos”, señalan desde una empresa. Y si el tráfico sigue sin despegar, “continuará la presión sobre los precios”, añade otro empresario. “Si nosotros estamos a 89 ó 90 céntimos por kilómetro para largas distancias y en el puerto de Valencia a 70 céntimos, lo que considero un precio suicida, no tardaremos en recibir presiones para que nos equiparemos”, concluye otro empresario del puerto de Barcelona.
¿Habrá dejado a otro la factura por pagar?
La morosidad es un problema que afecta a numerosas empresas del puerto. “Cuando entra un cliente nuevo, desconfío y lo primero queme pregunto es si ha dejado por ahí facturas por pagar a otro operador”, señala un empresario escarmentado, con 32.000 euros colgados por la consignatariaWitty, en concurso de acreedores, y 36.000 por la agencia de aduanas Labori Aduanas, que cerró al fallecer el propietario.
La insolvencia por la carencia de liquidez para hacer frente a sus obligaciones de pago es el argumento que esgrimió Transporte Intermodal de Contenedores (TIC) para presentar el 31 de julio concurso voluntario de acreedores, que ha sido aceptado por el Juzgado Mercantil número 8 de Barcelona. TIC ha sido la primera víctima, “y no será la última”, aseguran fuentes del sector.
Hay alguna otra empresa dedicada al transporte que se encuentra en situación muy delicada. Vicente Ortiz, ex presidente de ALTC, fundó TIC en 2004, que contaba en el momento del cierre con una flota de 27 camiones propios.