Los vuelos nacionales pasan de una cuota del 10,6 por ciento en 2010 al 3,4 por ciento en 2019 en los flujos totales de mercancías en la instalación catalana.
El peso del tráfico doméstico en la actividad carguera del aeropuerto Josep Tarradellas Barcelona-El Prat se ha reducido a una tercera parte en la última década, mientras que se ha disparado el internacional.
Así se desprende del análisis que ha realizado TRANSPORTE XXI a partir de las estadísticas de Aena, que no incluyen el camión aéreo (RFS). Los vuelos nacionales cerraron el pasado ejercicio con un volumen de 6.227 toneladas transportadas, lo que supone el 3,4 por ciento respecto al total de 182.659 toneladas de tráfico que registró la instalación catalana. En 2010, los flujos domésticos sumaron 11.025 toneladas, es decir, el 10,6 por ciento del total. Y ello ha supuesto que el mercado español ha pasado de ser el segundo para la instalación catalana, únicamente por detrás del alemán, a ser el octavo durante el periodo analizado. En cambio, el tráfico internacional ha seguido ganando peso en la última década, pasando de una cuota del 89,4 por ciento en 2010, hasta las 93.255 toneladas, al 96,6 por ciento, con 176.432 toneladas, en 2019. En la última década, el tráfico de mercancías ha crecido el 75,2 por ciento en El Prat.
El aeropuerto Josep Tarradellas Barcelona-El Prat no notó todavía el impacto provocado por la pandemia del coronavirus el pasado mes de febrero por lo que respecta al negocio del transporte de mercancías. La instalación catalana registró una actividad de 13.509 toneladas en febrero, lo que supuso un incremento del 9,3 por ciento en relación al mismo mes de 2019. El aeropuerto de Barcelona acumula un tráfico total de 27.278 toneladas de mercancías en los dos primeros meses del año, lo que supone un incremento del 7,7 por ciento en relación al mismo periodo de 2019.