El avión exclusivamente de mercancías tiene una cuota del 4% en la instalación catalana, porcentaje que llegó a sobrepasar el 10% en la pandemia, mientras que el ‘freighter traditional’ alcanza casi el 30% en Barajas.
El Aeropuerto Josep Tarradellas Barcelona-El Prat tiene el reto de atraer más cargueros. Este tipo de avión llegó a canalizar más del 10 por ciento de las mercancías movidas en la instalación catalana durante la pandemia, ante la falta de aviones de pasajeros, quedando reducida su cuota al 4 por ciento en 2024, por debajo incluso de 2019 (6 por ciento).
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Esta evolución contrasta con el peso del avión carguero en el Aeropuerto Adolfo Suárez Madrid-Barajas, que ha pasado de una cuota del 8,6 por ciento en 2019, subir por encima del 20 por ciento en 2020 y 2021 y llegar a alcanzar casi el 30 por ciento (29,1 por ciento) en 2024.
Así se desprende del Observatorio del Tráfico Aéreo correspondiente a 2024, realizado por Gestió i Promoció Aeroportuària (GPA), consultora aérea de la Cámara de Comercio de Barcelona, que se presentó el jueves en el marco de una jornada organizada por BCL (Barcelona-Catalunya Centre Logístic).
El Prat ha llegado a tener servicios regulares de cargueros más o menos efímeros de aerolíneas como Emirates SkyCargo, Saudi Airlines Cargo (actual Saudia), la desaparecida Jade Cargo o la pionera en las conexiones con Asia y longeva Cargolux, que dejó de operar la conexión en 2019, entre otras. Actualmente, la instalación catalana tiene únicamente una ruta carguera semanalmente de Turkish, excluyendo la operativa courier/express.
El Prat cuenta con un hinterland muy reducido, ya que alrededor del 80 por ciento del flujo de mercancías que canaliza tiene como origen/destino la propia provincia. Es por lo tanto “un reto atraer más mercancías” en general y “más cargueros” en particular, señaló Jaume Adrover, director general de GPA.
La evolución de la carga aérea ha ido en paralelo al incremento de las conexiones de largo radio en el aeropuerto catalán, que cerró el pasado ejercicio con 181.687 toneladas y un crecimiento del 16,1 por ciento (+2,9 por ciento en relación a 2019). Y, aunque han aumentado las operaciones de largo radio, es decir, la oferta en bodega para las mercancías en los aviones de pasajeros, se ha mantenido el ratio de toneladas por operación. Ello significa que “el incremento de la oferta estimula la demanda”, señaló Javier Enebral, consultor de GPA.
Las exportaciones por vía aérea desde Cataluña aumentaron el 31,8 por ciento, mientras que las importaciones crecieron más modestamente, el 2,6 por ciento, de acuerdo con el análisis de GPA, en base a los datos de la Agencia Tributaria correspondientes a 2024 (enero-octubre). Globalmente, la carga aérea con origen o destino en Cataluña tuvo un crecimiento del 15 por ciento en relación al mismo periodo de 2023.
El sector moda mantiene la primera posición por tipología de la carga, con una cuota del 23,7 por ciento. Y ello sobre todo gracias al crecimiento de la importación (+57 por ciento). En segundo lugar se sitúa el sector farmacéutico y químico, con una cuota del 18,2 por ciento. En este caso, gracias a la evolución de las exportaciones (+31,2 por ciento).
En la jornada, también se abordó las ventajas que supone el nuevo modelo de servicios de control en frontera de mercancías en los PCF, que se está implantando de forma progresiva.