Frediksen denuncia que “están dispuestos a vender el grupo por un precio menor del real”.
Pugna abierta entre John Fredriksen, magnate noruego del sector marítimo y principal accionista de la naviera alemana Hapag- Lloyd, y la directiva de esta última. Fredriksen pide el despido del director y del presidente de Hapag, pues según él “son incompetente y se disponen a vender la compañía por un precio menor al real”
Mientras que lo normal es que acudan a las asambleas generales de accionistas del grupo TUI entre el 40 y el 45 por ciento de los accionistas con derecho a voto, en la última reunión celebrada recientemente en Hamburgo la expectativa era tal que se presentó el 71,5 por ciento. El interés de los accionistas giraba en torno al enfrentamiento entablado entre el armador noruego John Fredriksen, principal accionista de la naviera Hapag-Lloyd (con el 11,7 por ciento de las acciones), filial del grupo TUI, y la directiva de la compañía.
Pero Fredriksen no consiguió que el consejo de accionistas despidiera al presidente del consejo de Hapag-Lloyd, Jurgen Krumnow, lo que hubiera creado un precente desconocido en Alemania. Fredriksen acusa a la directiva de la armadora con sede en Hamburgo de “incompetencia y desconocimiento del sector marítimo”. Según él, “Jurgen Krumnow es responsable de que el valor de las acciones de Hapag-Lloyd haya caído a un precio en Bolsa inferior al que tenía cuando Fredriksen entró en el capital de TUI”.
El magnate escandinavo asegura que la dirección de TUI le había prometido que vendería actividades en el sector turístico para potenciar a la naviera, pero el director general del armador, Michael Frenzel, se ha desentendido de este compromiso, y de hecho es el responsable de la decisión de venta de Hapag-Lloyd. Fredriksen cuenta actualmente con el apoyo del 40 por ciento de los votos en la asamblea general, e incluso realizó una oferta de 454 millones de euros sobre el 10 por ciento que controla el empresario ruso Alexej Mordasjov, para hacerse con el 50 por ciento necesario para conseguir el despido de Frenzel y de Krumnow.
Fredriksen defiende que no se lleve a cabo la venta de la naviera en este momento, pues cree que la actual fase que vive el mercado (de altos costes y tarifas bajas) es coyuntural y pronto llegará a su fin. Michael Frenzel afirma que el proceso de venta de Hapag-Lloyd sigue adelante según lo previsto, y con el objetivo de obtener el verdadero valor de mercado de la compañía en la operación.
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