Grandi Navi Veloci y Grimaldi están interesadas en hacerse con la nueva concesión que saldrá en el tercer trimestre del año, mientras que Trasmediterránea no podrá optar.
El puerto de Barcelona sacará finalmente en el tercer trimestre del año el concurso para adjudicar la terminal pública dedicada al short sea shipping, un año más tarde de lo que inicialmente barajaba. Grandi Navi Veloci y Grimaldi Nápoles tienen interés en hacerse con la concesión. Trasmediterránea no podrá optar al concurso
El puerto de Barcelona sacará finalmente en el tercer trimestre de este año, entre julio y septiembre, el concurso para adjudicar la terminal pública dedicada específicamente a líneas de short sea shipping, un tipo de instalación que no existe actualmente en la dársena y que los operadores que hacen este tipo de tráfico esperan desde hace tiempo. Los responsables portuarios preveían inicialmente convocar el concurso en 2008, antes de que concluyeran las obras de ampliación del muelle Costa, donde se ubicará la instalación (ver TRANSPORTE XXI del 1 de abril de 2008).
Estas obras terminaron a finales del pasado año y se barajó un nuevo calendario, durante el primer trimestre de 2009. Finalmente, será el tercero. Las dos navieras italianas, Grandi Navi Veloci y Grimaldi Nápoles, que tienen servicios regulares diarios entre Barcelona y el país transalpino, probablemente pujarán por hacerse con la concesión a tenor que ambas han manifestado su interés por contar con una terminal propia en la dársena catalana. De hecho, Grandi Navi Veloci anunció hace un año la creación de una filial en la Península, con sede en Barcelona, con el objetivo de invertir más en España, según señalaron en su día los responsables de la naviera, y con la vista puesta en la futura terminal.
Quien no podrá optar, ni en solitario ni en alianza, es Trasmediterránea, aseguraron fuentes de este armador. Los responsables portuarios ya han hecho llegar a la naviera de la familia Entrecanales que no podrán presentarse al concurso en aras a fomentar la competencia al tener ya terminal propia y estibar los dos únicos servicios considerados, bajo los parámetros de la Unión Europea, autopistas del mar, que son los de las italianas Grandi Navi Veloci y Grimaldi Nápoles. La nueva terminal de short sea shipping se ubicará en el ampliado muelle Costa, obra en la que el puerto ha invertido 7,5 millones de euros y con la que se han ganado 4,5 hectáreas de terreno y 390 metros de línea de atraque.
Con esta actuación, la dársena, contando la superficie actual, dispondrá de un total de 16,5 hectáreas y 1.055 metros de línea de atraque destinados a este tráfico e incrementará la capacidad de los cinco millones a los siete millones de toneladas. La Autoridad Portuaria baraja dedicar, a más largo plazo, parte de la antigua concesión de Mepsa, en el muelle de la Energía (antiguo Inflamables), también a este tráfico, con lo que la dársena destinaría al short sea 56,11 hectáreas y 2.710 metros de línea de atraque y tendría capacidad para cubrir una demanda de 12 millones de toneladas. Este tráfico ha sido uno de los más dinámicos durante los últimos años del puerto de Barcelona. En los últimos diez años, ha pasado de los 22.443 UTI (remolques, plataformas y camiones) de 1999 a los 117.769 UTI con los que cerró el pasado ejercicio.
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