Aparca la ampliación del plan que ordena el transporte terrestre en la dársena y revisa la exigencia a las empresas de disponer de varios camiones para operar en los muelles.
La Autoridad Portuaria de Barcelona mantiene la actual normativa del plan de ordenación del transporte terrestre en la dársena, congelando las nuevas reglas previstas para 2010, mientras revisa los aspectos más controvertidos del mismo, que están bajo la lupa de Competencia, que abrió en marzo un expediente sancionador
La Autoridad Portuaria de Barcelona mantendrá la actual normativa del plan de ordenación del transporte terrestre, el Proatrans, y deja en el congelador las nuevas reglas que tenían que entrar en vigor a partir del 1 de enero de 2010. El freno al Proatrans se debe al expediente sancionador (investigación) abierto por la Comisión Nacional de la Competencia a los firmantes del plan, toda la comunidad portuaria, porque el mismo fija unas condiciones que “podrían obstaculizar el acceso de determinados operadores al puerto de Barcelona”, según recoge el escrito de incoación del expediente.
Para evitar la sanción, el puerto ha decidido que el Proatrans “se quede como está y revisar aquellos aspectos que están bajo la lupa de Competencia”, señalaron fuentes de la comunidad portuaria. También ha influido en la decisión la bajada de actividad del transporte. Uno de los aspectos que está en el ojo de Competencia es que se exige a la empresa un número determinado de vehículos para conseguir un tipo de autorización, cuya obtención comporta diversos incentivos.
Cualquier camión puede acceder libremente al puerto, ahora bien, de no estar incluido en el Proatrans, debe pagar una tarifa. La otra posibilidad es conseguir una autorización que exige el cumplimiento de unos requisitos, y hay distintos permisos según el número de vehículos exigidos. En 2010 habrían entrado en vigor nuevas exigencias para aquellas empresas que les tocaba renovar su autorización. ALTC había solicitado la congelación de los nuevos requisitos.