Este negocio ha pasado de tener una cuota de 3% al 30% en los carburantes en tan sólo 2 años tras entrar en funcionamiento las terminales de Meroil Tank y Tradebe.
Barcelona ha pasado en poco tiempo de ser básicamente un puerto importador de hidrocarburos a convertirse en hub de este tráfico desde que operan las terminales de Meroil Tank y Tradebe Port Services en el muelle de la Energía. La cuota del transbordo de los carburantes ha crecido del 2,6 al 28,2 por ciento en únicamente dos años
La apuesta de las terminales y de la Autoridad Portuaria de Barcelona por convertir la dársena catalana en hub de hidrocarburos está dando resultado. Barcelona ha sido tradicionalmente un puerto importador de combustible, un tráfico cautivo que casi se ha reducido a la mitad por la caída de la demanda interna y la mayor producción de las refinerías españolas. Actualmente, el transbordo supone casi un tercio del total del tráfico de hidrocarburos que pasa por la instalación.
La cuota del tránsito era del 2,6 por ciento en 2011, creció casi dos puntos, hasta el 4,5 por ciento, en 2012 y se disparó al 28,2 por ciento en 2013, primer año en el que han estado completamente operativas las nuevas terminales de Meroil Tank, la joint venture formada por Lukoil y Meroil, y Tradebe Port Services, ambas focalizadas en captar este tipo de tráfico. El incremento de capacidad que suponen las dos instalaciones, 800.000 metros cúbicos más (sin incluir la capacidad que ya tenía la concesión de Meroil), “hacen más competitivo el puerto de Barcelona para el transbordo”, señalan fuentes de la Autoridad Portuaria.
Además, las instalaciones del muelle de la Energía preparan las mezclas para que el combustible, si es el caso, se ajuste a las normativas vigentes del país de recepción, “lo que supone un valor añadido” para atraer este tipo de flujos, añaden estas fuentes. El nuevo atraque, de más de 15 metros de calado, también ha contribuido en hacer más atractiva la dársena. El origen y el destino final de los carburantes que pasan por el puerto de Barcelona fluctúan en función de la cotización del combustible en cuestión. “No es extraño que el producto de una refinería francesa que no se ha vendido se almacene en Barcelona, que el comprador acabe siendo francés y regrese de vuelta”, señalan desde una terminal.
El gasóleo o la gasolina pueden llegar “desde Estados Unidos, Rusia o Rumania”, añaden desde una consignataria. No obstante, sí es más habitual que el destino final sea el Mediterráneo, incluido el norte de África. Incluso, fluctúa el propio producto. La protagonista del año pasado fue la gasolina, que creció más del 700 por ciento. Este año es el del gasóleo, que lleva acumulado un incremento superior al 400 por ciento, hasta mayo. “La estructura del mercado determina que un año interese más mover gasolina para reposicionarla en otros mercados y el siguiente sea el gasóleo”, añaden desde otra terminal.
Además de las grandes petroleras como Repsol, Cepsa y, ahora, Lukoil, las terminales de hidrocarburos del puerto de Barcelona tienen como clientes a intermediarios (traders). Las fuentes consultadas coinciden en que la dársena tiene potencial para seguir creciendo como hub de hidrocarburos. De hecho, el transbordo de carburantes ha aumentado el 29 por ciento durante los cinco primeros meses del año, mientras que el tráfico total de hidrocarburos ha subido el 9,7 por ciento.