El puerto de Barcelona ha manipulado un total de 90.844 UTI (plataformas, remolques y camiones) en las líneas de short sea shipping hasta octubre de este año, lo que supone un incremento del 13,9 por ciento en comparación con el mismo periodo de 2006, de acuerdo con las estadísticas facilitadas por la Autoridad Portuaria. En los últimos siete años, este tráfico ha crecido a un ritmo superior al 16 por ciento anual, pasando de los 34.785 UTI en 2000 a los 85.586 con los que cerró 2006.
Barcelona tiene seis líneas de short sea shipping: tres con Italia -Génova, Civitavecchia y Livorno- una con Túnez, una con Argel y la más reciente, desde el 16 de septiembre, con Tánger. Precisamente, para atender la demanda de esta última línea, Grandi Navi Veloci, la naviera que la explota, puso en marcha una segunda unidad la primera semana de diciembre. Se trata de “algo temporal, pero estamos estudiando la incorporación definitiva de un segundo buque a partir del próximo año”, según señaló Antonio Pedevilla, responsable de carga de la filial del Grupo Grimaldi.
Este servicio se inició con el buque Victory, de 1.500 metros lineales de capacidad, que fue sustituido en noviembre por el Majestic, de 1.850 metros lineales. La Autoridad Portuaria de Barcelona está haciendo una fuerte apuesta por esta carga, “que contribuye a desviar tráfico de la carretera al barco”. El puerto planifica una terminal exclusiva para el short sea shipping.