Ante el retraso que acumulan los nuevos accesos al puerto, se busca reducir las horas punta para descongestionar las entradas.
Ante el retraso que acumulan los nuevos accesos al puerto de Barcelona, la comunidad portuaria trabaja para mejorar la movilidad interna, especialmente aprovechar las horas valle para evitar las colas a las puertas de las terminales. Si las horas punta son menos punta, se reduce la congestión en las entradas al puerto
Estaba cantado desde hacía tiempo que los nuevos accesos viarios y ferroviarios al puerto ampliado de Barcelona no iban a llegar a tiempo, y eso que las instituciones catalanas no se han cansado de reiterar que se trata de una obra prioritaria. Ahora se vislumbra, por lo menos, un plazo, eso sí, excesivo: el Ministerio de Fomento sacó recientemente a concurso la redacción del proyecto constructivo de los accesos, que tiene un plazo de ejecución de dos años. Por lo tanto, las obras podrían comenzar en 2010. Como lo de fuera -los accesos- no tiene remedio a corto plazo, la comunidad portuaria de Barcelona ha comenzado a trabajar para ver cómo se puede mejorar la movilidad en el interior del recinto, más en concreto, cómo evitar que a las colas para entrar al puerto se sumen las largas esperas para cargar y descargar en las terminales.
Se trata del denominado Proyecto Mercurio, una iniciativa del Consejo de Usuarios del Transporte de Cataluña y de la Autoridad Portuaria de Barcelona. El Consejo de Usuarios ha dejado aparcada momentáneamente su histórica reivindicación de un puerto abierto las 24 horas para intentar que los cargadores planifiquen su logística de forma que se puedan aprovechar las horas valle en las terminales “que ahora casi no tienen demanda”, reconoce José Nicolás Serra, vicepresidente del Consejo de Usuarios. Y es que si las horas punta en las terminales son menos punta, también se reduce la congestión en los accesos a la instalación portuaria.
Para comprobar la viabilidad de hacer una logística más planificada, el Institut Cerdà ha iniciado un estudio en el que participan una treintena de cargadores que mueven más de 3.000 contenedores al año por el puerto. El análisis, que se prolongará hasta junio, permitirá “conocer los flujos de la carga al puerto, los horarios de los almacenes de los clientes de la instalación y si es posible establecer un sistema de transporte más planificado” asegura Lluís Anglada, del Institut Cerdà. Con este análisis, se sabrá si el actual horario basta “para racionalizar el flujo” o “realmente hay suficiente demanda que justifique la ampliación del mismo”.
Una vez conocidos los resultados del estudio, se implicará al resto de la cadena logística para que “todos seamos capaces de aprovechar las franjas horarias valle”, y si se tiene que ampliar el horario “que nadie pierda”, aseguró Eduard Rodés, director de Desarrollo de Negocio de la Autoridad Portuaria. Al final, “se puede llegar al puerto 24 horas”, pero, hasta la fecha, “la práctica demuestra que nadie va a cargar o descargar a las 4 de la madrugada”. El puerto de Barcelona cuenta con un tráfico diario de entre 3.000 y 4.000 camiones.