La Autoridad Portuaria de Barcelona, que preside Sixte Cambra, regulará el tráfico ferroviario en el interior de la dársena, a través de una ordenanza que aprobará próximamente el consejo de administración. El objetivo es agilizar tanto la entrada y salida de convoyes como las operaciones de carga y descarga de los trenes. La Autoridad Portuaria hará un papel tipo Adif, y de acuerdo con este ente gestor, fijando el orden de entrada y salida de los convoyes a las terminales ferroviarias de la dársena y asignando las ventanas para la carga y descarga.
Además, establecerá un tiempo máximo de referencia para ambas operativas. La ordenanza no supondrá un cambio en la forma de operar. “Lo que se pretende es regular el tráfico para situaciones de fuerte demanda ferroviaria o conflictos de intereses entre los usuarios”, según recoge el proyecto, que la Autoridad Portuaria presentó en la reunión del Consejo Rector para la Promoción de la Comunidad Portuaria, el pasado 4 de julio, foro que reúne periódicamente a representantes de todos los colectivos involucrados en la actividad de la dársena. El equipo del anterior responsable portuario, Jordi Valls, ya trabajó en una normativa para regular el transporte ferroviario.
Esta iniciativa trataba de poner orden exclusivamente al tráfico de vehículos por tren, según publicó en su día este periódico. La cuota del ferrocarril no ha dejado de crecer en el puerto de Barcelona, que desde diciembre de 2010 está conectado en ancho de vía internacional hasta la frontera. Entraron y salieron por tren de la dársena un total de 146.685 TEUs el pasado año, lo que supuso un incremento del 41,2 por ciento en relación a 2010.
Con este tráfico, la cuota del ferrocarril alcanzó el 10,7 por ciento en el transporte de contenedores con origen o destino en Barcelona. No llegaba al 3 por ciento en 2006. De cumplirse las previsiones de principios de año, el tren llegará a alcanzar una cuota del 13 por ciento en 2012.