Inicia los trámites para construir tres nuevos muelles, que permitirán ganar una parcela de 600.000 m2 para el tráfico de contenedores y unos 2 kilómetros de línea de atraque.
Cuando se cumple el vigésimo aniversario del arranque de las obras de ampliación de la dársena de Bilbao, la Autoridad Portuaria encara la recta final de su expansión, cuya conclusión está prevista en el horizonte del año 2020. El organismo que preside José Ramón de la Fuente ha iniciado el trámite de información pública del Estudio de Impacto Ambiental de la puesta en marcha de tres nuevos muelles, colofón final de la nueva infraestructura portuaria (ver infografía adjunta).
Este último trámite, previo a la elaboración del proyecto constructivo de este espigón central, incluye el envío de toda la documentación a cerca de una veintena de entidades y organizaciones estatales, locales, forales y autonómicas, según señalaron fuentes de la entidad.
El expediente se completará con el correspondiente informe y se remitirá al órgano ambiental competente a fin de que se dicte la Declaración de Impacto Ambiental procedente, añadieron los mismos interlocutores. La nueva explanada ganada al mar tendrá una superficie aproximada de 600.000 metros cuadrados, situada frente a la zona de almacenaje y distribución de la dársena, con cerca de 2 kilómetros de línea de atraque y 21 metros de calado.
De acuerdo con el Plan Director, este nuevo emplazamiento se destinará al tráfico de contenedores.Una vez finalizado este nuevo proyecto, se habrá generado una superficie de 212 hectáreas y 5,8 kilómetros de muelles. En estos más de veinte años, la Autoridad Portuaria y la iniciativa privada han invertido unos 2.700 millones. En la actualidad, la actividad del puerto mantiene cerca de 9.000 empleos y las empresas que operan en el enclave generan el 1 por ciento del PIB del País Vasco.
CAE LA ACTIVIDAD
El puerto de Bilbao cerró el primer semestre del año con 13,5 millones de toneladas, lo que supuso un descenso del 21 por ciento. Este retroceso tiene su origen, principalmente, en la reducción de producción de la refinería de Petronor del grupo Repsol y por la suspensión hasta junio de la actividad de la planta ArcelorMittal Sestao, lo que afectó negativamente a los tráficos de graneles líquidos -que suponen mas del 50 por ciento del total- y sólidos, respectivamente. Un parón coyuntural, ya que ambas empresas han reanudado su producción, por lo que la Autoridad Portuaria confía en ir recortando estos descensos en la segunda mitad del año.
En la balanza positiva, por su parte, destaca el tráfico de mercancía general en contenedor, que registró un avance del 8 por ciento hasta junio, mientras que el tráfico rodado aumentó un 10 por ciento. El organismo portuario hizo hincapié en la importancia de estos crecimientos, ya que “mantienen mano de obra portuaria y confirman la labor exportadora del enclave con el norte de Europa, que le permite seguir siendo un puerto de referencia con esta zona geográfica”. Por otra parte, pese al fuerte descenso del tráfico de mercancías en los primeros seis meses del año, los resultados del ejercicio de la dársena son positivos, por lo que la Autoridad Portuaria avanza que continuará abordando las inversiones previstas en su plan de empresa.