La ampliación supondrá entre 600 y 700 millones de inversión y estará lista en 2022.
Los responsables portuarios de Tarragona han empezado a planificar el puerto del futuro ante el previsto agotamiento de la superficie actual con los proyectos en marcha. Puertos del Estado ya ha dado el visto bueno a los primeros trabajos, que cuentan con una dotación presupuestaria de un millón de euros, incluida en el plan de empresa 2007- 2008 de la Autoridad Portuaria. Ante la imposibilidad de crecer con la configuración actual, la opción es un nuevo muelle mar adentro.
Los responsables portuarios calculan que el puerto exterior tendrá una superficie de entre 200 y 300 hectáreas, que se añadirían a las 643 actuales. De cumplirse las previsiones, el nuevo espacio portuario será una realidad dentro de quince años, en 2022, y la inversión podría rondar entre los 600 y los 700 millones de euros. Se tratan sólo de estimaciones, “ya que estamos al principio de todo el proceso”, según señaló Francesc Sánchez, director del puerto de Tarragona. La Autoridad Portuaria ha iniciado los primeros estudios técnicos, que se prolongarán durante cuatro o cinco años.
Se tendrán que hacer también los estudios medioambientales y de viabilidad económica, así como el Plan Director. De confirmarse que la ampliación será rentable, la obtención de recursos para financiar las obras no será un problema. “Hay alternativas, como recurrir a las subvenciones europeas que, aunque se han restringido, no están agotadas. Además, el puerto tiene capacidad de endeudamiento para recurrir a instituciones financieras como pueden ser el BEI o el ICO, sin olvidar la inversión privada”, añadió Francesc Sánchez.
Con el nuevo muelle Isla de Baleares, que se adjudicará antes de que acabe el año, la explanada de Ribera, que tardará más en desarrollarse porque necesita la Declaración de Impacto Ambiental (DIA), y la ampliación del muelle de Inflamables, a unos dos años vista, el puerto de Tarragona agota el espacio en su configuración actual.