El puerto de Tarragona cerró el año pasado con 28,14 millones de toneladas, el 15,8 por ciento menos que en 2012. El retroceso fue generalizado en todos los tráficos. Los graneles líquidos, el principal, bajaron el 5,9 por ciento, hasta los 17,92 millones de toneladas.
Peor fue el balance de los sólidos con un descenso del 32,3 por ciento (7,37 millones de toneladas) debido, principalmente, al comportamiento de los productos agroalimentarios y ganaderos. Los contenedores retrocedieron el 22,6 por ciento (147.246 TEUs). Los responsables portuarios esperan que este ejercicio sea el de la recuperación.