La compañía The Terminal Hub invierte 5 millones de euros en la puesta de largo de sus instalaciones en la antigua estación marítima del enclave, para atraer a empresas y startups, con espacio para 500 puestos de trabajo.
La compañía The Terminal Hub arrancó ayer, con su inauguración oficial, su apuesta por atraer talento e innovación al Puerto de Valencia. La compañía ha invertido 5 millones de euros en la puesta de largo de sus instalaciones ubicadas en la antigua estación marítima del enclave.
En la base, ubicada en la dársena interior del enclave valenciano, donde se podrán situar, a partir de ahora, nuevas empresas y startups, “en un lugar privilegiado junto al mar”, como destacó ayer la alcaldesa de Valencia, María José Catalá en la inauguración del complejo.
Con ello, el Puerto de Valencia atrae un nuevo foco de innovación que se añade a las inversiones realizadas por el empresario Juan Roig en Marina de Empresas, su polo docente y de emprendimiento.
La inversión de The Terminal Hub, que dirige Paloma Mas, viene a reforzar la apuesta que por la innovación viene realizando el enclave que preside Mar Chao, así como pone el acento en la atracción de nuevas empresas que puedan participar en proyectos para la optimización de la logística y el transporte en el recinto valenciano.
The Terminal Hub, bajo el impulso del empresario valenciano Enrique Calabuig, consejero delegado del family office Kaiho Capital, ha remodelado los 5.000 metros cuadrados de la antigua estación marítima.
La instalación ese ha convertido en un espacio multidisciplinar que permitirá acoger hasta 500 puestos de trabajo de diferentes empresas y startups, así como de profesionales que quieran trabajar junto al entorno portuario, convirtiendo a La Marina en un hub tecnológico avanzado.
En el proceso de remodelación de la antigua estación marítima, que fuera, entre otras actividades, utilizada como sala de prensa en la Copa del América, la compañía ha apostado por cuidar la eficiencia energética con la instalación en la cubierta de 243 paneles fotovoltaicos flexibles en las 16 bóvedas de cañón del edificio. Los paneles permitirán producir 150.000 kWh anuales superando el 50 por ciento de autosuficiencia energética y evitando la emisión de 30 toneladas anuales de CO2 a la atmósfera.