El precio de los rellenos del muelle que debe asumir el concesionario y el problema de financiación del acceso norte preocupa a los terminalistas interesados en la ampliación.
El puerto de Valencia premiará en el concurso de la futura terminal de contenedores de la ampliación norte el uso de estrategias de inversión orientadas a la automatización. Por su parte, operadores interesados están preocupados por el bloqueo del acceso norte y por la inversión que deberán asumir en los rellenos del muelle
El puerto de Valencia estimulará estrategias inversoras de automatización en su futura dársena norte compatibles con una meditada corresponsabilidad hacia el colectivo estibador. El objetivo de la dársena que preside Rafael Aznar es no quedarse atrás en el uso de las nuevas tecnologías respecto a otros enclaves españoles que ya tienen o tendrán en los próximos meses terminales semiautomatizadas, con productividades superiores a los 35 movimientos a la hora. Son los casos de TTIA en Bahía de Algeciras o de la futura terminal de Hutchison en Barcelona.
Por ello, el puerto de Valencia tiene previsto premiar a aquellos operadores que apuesten por una semiautomatización del patio de contenedores. De esta forma, el uso de este tipo de equipamientos “será uno de los requerimientos de los próximos pliegos de la futura terminal”, de acuerdo a lo estipulado desde Puertos del Estado. El organismo público está impulsando que cualquier nueva macro terminal de contenedores que se ponga en marcha en España tenga equipos automatizados que optimicen los índices de productividad y con ello “se pueda rebajar el coste del paso de los contenedores, al reducir el número de los componentes de la mano portuaria”. Hay que recordar que el puerto de Valencia tiene previsto redactar un cuaderno de comercialización de financiación público-privada de la ampliación durante el presente mes de septiembre.
El planteamiento del puerto de Valencia es realizar un road show en el último trimestre del año entre los grandes terminalistas, megacarriers mundiales y fondos de infraestructuras para reunir información que sirva para elaborar un pliego “lo suficientemente atractivo por el que puedan pelear los grandes operadores mundiales del negocio del contenedor”. Terminalistas interesados en la ampliación norte coinciden en las “grandes posibilidades” que alberga la futura terminal, con 108 hectáreas, un calado de 18 metros y 1.400 metros lineales en una primera fase.
La terminal permitirá dar servicio a la nueva generación de megabuques con capacidades superiores a 18.000 TEUs, aunque “la oportunidad choca con la crisis crediticia y nos preocupa el precio de los rellenos del muelle que debe asumir el concesionario, así como la financiación del acceso norte”, señala un terminalista consultado por TRANSPORTE XXI. La inversión privada estimada superará los 400 millones de euros. La principal ambición del puerto de Valencia es atraer a un segundo gran operador, tras consolidar a la suiza MSC, que pueda atraer nuevos tráficos, dinamice la carga local y consolide al puerto como hub mixto, que con 4,2 millones de TEUs es líder del Mediterráneo y la quinta dársena de Europa.