Estima unos beneficios de 5 millones de euros si se logra estabilizar el tráfico de contenedores en 5 millones de TEUs al cierre de 2020, tras el hundimiento de actividad del segundo trimestre.
La Autoridad Portuaria de Valencia mantendrá una cuenta de resultados positiva en 2020, pese al esfuerzo en tasas y la pérdida de actividad. A preguntas de TRANSPORTE XXI, Aurelio Martínez, presidente del enclave, explicó que la previsión es lograr unos beneficios al cierre del ejercicio de 5 millones de euros, en un escenario de sistema portuario en el que “la mayor parte de los puertos estará en pérdidas”.
El enclave estima la facturación prevista para este año en 122 millones de euros, lejos de los 138,9 registrados en 2019 y un 15 por ciento menos que la previsión de 143,7 millones de euros que se tenía para el presente ejercicio en el Plan de Empresa. La Autoridad Portuaria ganó 57,5 millones de euros en los dos últimos años, 24,3 millones en 2019 y 33,3 millones en 2018, fruto de la progresión de los tráficos de mercancías.
Para lograr un ejercicio sin ‘números rojos’ será clave el comportamiento de la dársena valenciana en el tercer cuatrimestre del año. “Septiembre nos lo dirá, porque agosto suele ser bueno”, indicó Martínez, asegurando que “no sabemos cómo va a evolucionar el segundo semestre, pero si logramos normalizar el tráfico en el mes de julio, los volúmenes pueden empezar a ser parecidos a los de 2019”.
El puerto cuantifica en un 10 por ciento la pérdida global de tráficos en 2020, fruto del “agujero perdido” de los meses de abril, mayo y junio. Para el resultado positivo será clave si el puerto de Valencia logra estabilizar su tráfico en 5 millones de TEUs, lo que supondría tan solo una pérdida de 440.000 TEUs respecto al récord de la rada logrado en 2019.
Martínez admite que para la recuperación será clave los flujos de mercancía con Europa, que “está muy parada”, mientras que sí se observa una mayor alegría en el comercio exterior con Estados Unidos. Por su parte también será trascendente lo que suceda con la industria del automóvil, para la que “no se espera la normalización en 2020”. Hasta junio, la caída de las exportaciones era de un 5 por ciento, mientras que las importaciones se han reducido cerca de un 8 por ciento.
El puerto de Valencia va a realizar un importante esfuerzo económico en 2020. La ayuda financiera de la Autoridad Portuaria para superar la crisis del coronavirus alcanzará los 60 millones de euros entre la generación de liquidez y la reducción de tasas portuarias de ocupación y de actividad. De ellos, 40 millones están siendo destinados a la generación de liquidez en adelanto del pago a proveedores y retraso de pagos, mientras que 19 millones de euros serán los que el enclave dejará de facturar por la bajada de tasas portuarias que llegarán hasta un 60 por ciento de descuento en las terminales de pasajeros y hasta un 20 por ciento en el resto.
Evolución macroeconómica
Por otro lado, el presidente del puerto valenciano resaltó, en el marco de la presentación del informe trimestral del entorno económico realizado por Vicente Pallardó, analista de coyuntura económica del Instituto de Economía Global, para la Autoridad Portuaria, los datos que muestran el impacto del Covid-19 a nivel macroeconómico.
Las pérdidas estimadas en la actividad global ascenderían a 12 billones de dólares (10.410.000 millones de euros), “una cantidad ciertamente descomunal”, que implicaría que el Covid-19 ha volatilizado aproximadamente un año del PIB conjunto de las cuatro mayores potencias de la Eurozona (Alemania, Francia, Italia y España), “haciendo las comparaciones entre 2019 y lo que ha sucedido”, indicó Martínez.
El economista Vicente Pallardó explicó que ahora son tres los aspectos que concitan la atención: el ritmo de una recuperación económica que empieza a percibirse, la posible extensión de la gravedad de la crisis a regiones menos afectadas en ese primer semestre del año, y las repercusiones de carácter más estructural que constituirán, en realidad, el principal legado económico de la pandemia.
Pallardó matizó que “todo está bajo la incertidumbre de desconocer en qué medida el coronavirus volverá a causar, en una potencial oleada futura, la devastación personal y económica que ha provocado en los últimos meses”.
Según el análisis, “la recuperación de los niveles de actividad previos a la crisis se extenderá en la mayor parte de los países desarrollados hasta bien entrado el año 2022, mientras que buena parte del mundo emergente esa vuelta al PIB existente a principios de 2020 puede producirse este mismo año o en 2021”.