Elabora un informe que exculpa a las constructoras y hace oídos sordos a los operadores, que exigen depurar responsabilidades.
El puerto de Vilagarcía cierra filas en torno al hundimiento de la nueva terminal de contenedores. La dársena elabora un informe interno que exculpa a las constructoras Copasa, Drace y Dragados, adjudicatarias de las obras por cerca de 21 millones, y hace oídos sordos a las quejas de los operadores, que exigen “depurar responsabilidades”.
La Autoridad Portuaria de Vilagarcía ha decidido pasar página y no hablar más del hundimiento de la terminal de contenedores, inaugurada hace tan sólo tres años, que afecta, incluso, a la estructura de una nave industrial, en peligro de derrumbamiento (ver fotografía). TRANSPORTE XXI ha intentado ponerse en contacto con la nueva presidenta del organismo portuario, Sagrario Franco Malvar, que se limitó a transmitir a través de fuentes oficiales que “las causas del asentamiento de la terminal eran un proceso de consolidación del terreno previsto y controlado por la Autoridad Portuaria”. Las mismas fuentes, que evitaron utilizar, en todo momento, la palabra “hundimiento”, recordaron que un “informe interno”, presentado en junio al Consejo de Administración, presidido entonces por Javier Puertas, “exculpa a las constructoras” Drace, Dragados y Copasa, adjudicatarias de las obras por un importe próximo a los 21 millones de euros.
Eso sí, no se han hecho públicas las conclusiones del mismo. La dársena, de este modo, pretende dar por zanjado este polémico asunto y hace oídos sordos a las quejas de los operadores, que exigen “de-purar responsabilidades”. Los usuarios, por su parte, recelan del citado informe, que ha sido elaborado por personal del puerto, e insisten en la necesidad de realizar una auditoría técnica externa para determinar las verdaderas causas de este “escandaloso suceso”. En el fondo, las empresas temen acabar pagando los “platos rotos”. Y es que, previsiblemente, el crédito solicitado por la entidad portuaria para hacer frente a las obras de mejora de la explanada de la terminal de contenedores, adjudicadas a Sacyr por 4,7 millones, derivará finalmente en una subida de las tasas, con la consiguiente “pérdida de competitividad frente a los puertos portugueses y del entorno”, que pondría en “serio peligro la viabilidad y supervivencia del puerto”.
Así lo pusieron de manifiesto fuentes del sector, que señalaron que “sería un caos, porque la situación ya es crítica por la bajada de los tráficos como consecuencia de la crisis y -añadieron- no sería de ninguna ayuda subir las tasas a los importadores y exportadores”. Los mismos interlocutores avanzaron a este periódico que cada vez cobra más fuerza, incluso dentro de Puertos del Estado, la opinión de que “no se dejó asentar el terreno del nuevo muelle el tiempo suficiente debido a la urgencia de la dársena en acabar cuanto antes las obras para hacerse un hueco en el negocio del tráfico de contenedores”. Hay que recordar que la naviera Contenemar, a través de su filial Tercovi, ambas en proceso de liquidación, comenzó a operar en la nueva terminal del puerto antes de la finalización de las obras y sin el aval exigido en las concesiones de dominio público, tal como marca la Ley de Puertos.
Al cierre de esta edición, la constructora Sacyr tenía previsto iniciar de “forma inminente” las obras, con un plazo de ejecución de siete meses y medio, que consistirán en la “construcción de la cimentación, viga y carriles para el apoyo de nuevas grúas portacontenedores en la alineación Norte, mejora portante del terreno y pavimentación”. En la actualidad, Boluda Corporación Marítima, a través de su división Boluda Terminales Marítimas, gestiona la terminal con su línea semanal de cabotaje entre el norte peninsular y Canarias.
Antecedentes
La Autoridad Portuaria de Vilagarcía adjudicó en marzo de 2004 las obras de ‘Explanada y prolongación de la línea de atraque del muelle de Ferrazo’ a las constructoras Drace, Copasa y Dragados.
La terminal de contenedores se inauguró el 16 de junio de 2008 y tres años más tarde se hunde.
El puerto, presidido entonces por Javier Puertas, saca a concurso la reparación de la explanada, adjudicada a Sacyr por 4,7 millones, mientras los operadores, que temen una subida de las tasas, reclaman exigir responsabilidades.
La dársena presenta un informe interno en junio de este año que exculpa a las constructoras.