La dirección del puerto belga de Zeebrugge espera cerrar 2009 con un crecimiento del volumen del 5,7 por ciento (44,4 millones de toneladas), en base a los datos de enero a noviembre. Por tanto, se trata de uno de los escasos ejemplos de puertos marítimos europeos que terminan el año con números positivos. Sin embargo, Joachim Coens, director general del puerto, no se muestra del todo contento, pues el éxito de este año se basa en el excelente comportamiento de los contenedores y del GNL, y en el fracaso de las otras modalidades.
Así, el puerto belga movió 24 millones de toneladas en contenedor (+16 por ciento) y 5 millones de toneladas de GNL (+100 por cien); pero cayó en el estratégico ro-ro, con 9,5 millones de toneladas (-20,5 por ciento). Sin el GNL, el tráfico total de Zeebrugge habría caído un 0,5 por ciento. El contenedor vivió un año espectacular, teniendo en cuenta las circuntancias. Tras un arranque lento en enero, los tráficos hacia Extremo Oriente se recompusieron junto con los tráficos feeder hacia Escandinavia y el Báltico.
En TEUs, el puerto pronostica un crecimiento del 22 por ciento al final del ejercicio, y ello a pesar de la concentración de los tráficos de Cobelfret en Ostende, y de la expansión en Tilbury de los servicios de Transfennica y P&O. El estratégico tráfico de automóviles nuevos, en el que Zeebrugge es número uno mundial, cayó más de un 40 por ciento. A pesar de ello, Coens confía en conservar la primera plaza mundial. Los graneles líquidos (-22,5 por ciento) y los secos (-19,1 por ciento) cierran el recuento de daños. Zeebrugge estudia actualmente fusionarse con el vecino puerto de Ostende.