El enfrentamiento entre Puertos del Estado y la dársena gallega gana en intensidad y deja en el aire la financiación de las obras.
El puerto exterior de A Coruña paga los platos rotos de la ruptura del consenso en materia portuaria del PSOE y PP. El enfrentamiento entre Puertos del Estado y la Autoridad Portuaria gallega gana en intensidad con un cruce de duras descalificaciones y deja en el aire la financiación de las obras, que suman un sobrecoste de 283 millones
El puerto exterior de A Coruña, que se ha convertido en un saco sin fondo, hace aguas en medio de la tormenta política desatada tras la ruptura del consenso en materia portuaria de los dos grandes partidos españoles, PSOE y PP. Una semana después de saltar por los aires el ‘pacto portuario’, el enfrentamiento entre Puertos del Estado y la Autoridad Portuaria de A Coruña gana en intensidad y deja en el aire la financiación de la ampliación, cuyo coste se ha disparado por encima de los 750 millones, casi el doble de lo previsto. Ambas partes han dejado claras sus posturas en un cruce de reproches a través de sendos comunicados sobre el estado de la negociación del crédito de 250 millones de Fomento, “atado’ hace meses y que se considera imprescindible para finalizar las obras.
Tras el llamamiento desesperado del presidente del puerto coruñés, Enrique Losada, que apeló a la “perentoria” necesidad de formalizar cuanto antes el préstamo, hasta el punto de que “no existen fondos para atender las certificaciones de obra de este mes, que suman una cuantía de 22 millones”, la respuesta de Puertos del Estado no se hizo esperar. Sólo un día después, a través de una dura nota de prensa, el organismo público que preside Fernando González Laxe exige a la dársena gallega que “evalúe el coste final y los retrasos en el puerto exterior tras los últimos accidentes” y anuncia que encargará una “auditoría de no recibir información detallada sobre estos extremos”.
Además, Puertos del Estado recuerda al presidente del enclave gallego que “puede acudir al mercado de capitales para financiar la obra, recurso habitual que utilizan otras autoridades portuarias españolas para acometer proyectos de envergadura, con la excepción de la nueva infraestructura portuaria de Gijón”. El ente público denuncia, además, la “falta de transparencia de la Autoridad Portuaria de A Coruña”, pese a lo cual asegura mantener su compromiso tras recordar que “el crédito para las obras en curso se encuentra en fase de tramitación”.
Por último, Puertos del Estado pide a la Autoridad Portuaria de A Coruña que “aclare sus previsiones de ingresos y de negocio para poder asumir la devolución del préstamo”, ya que, aunque “se ha requerido en varias ocasiones”, sigue “sin recibir respuesta alguna”. Ciertamente, las obras del puerto exterior, adjudicadas a la UTE Langosteira (Dragados, Drace, Sato y Copasa), no deja de sufrir continuos percances que están encareciendo aún más la factura final, que ya había sufrido un sobrecoste admitido de 283 millones. Primero fueron los daños producidos por los temporales de noviembre y febrero y más recientemente la caída de una grúa que obligó a suspender las obras.
No obstante, la necesidad de financiación adicional se conocía desde hace años e, incluso, ya se había cerrado un acuerdo con Puertos del Estado, por lo que la contundente respuesta del organismo que preside González Laxe sólo puede entenderse si se lee en clave política. El propio presidente del puerto de A Coruña, Enrique Losada, mostró su sorpresa por el comunicado del ente público y aseguró que Puertos del Estado conoce la repercusión de los daños ocasionados por los temporales, “tanto en los plazos como en el coste final de la misma”.
Al mismo tiempo, Losada subraya que “las previsiones de ingresos y negocio se plasman anualmente en el Plan de Empresa, que aprueba Puertos del Estado”, por lo que “cuenta desde hace meses con toda la documentación necesaria sobre la situación económico-financiera de la Autoridad Portuaria”. En este contexto, la dársena de A Coruña señala que “resulta lamentable que Puertos del Estado se arrogue un compromiso con la financiación del puerto exterior y, a renglón seguido, invite a la Autoridad Portuaria a acudir al mercado de capitales”.
Por último, el puerto de A Coruña afirma que el ente público “no ha agilizado de forma conveniente la tramitación del crédito y ahora utiliza extraños argumentos para justificar que se haya llegado a una situación delicada”. Sólo así, añade el comunicado de la Autoridad Portuaria, se explica que Puertos del Estado llegue al “sinsentido” de vincular el préstamo, acordado hace meses, con el accidente ocurrido recientemente con una de las grúas.
El puerto de Gijón, un mismo problema con una soluciónmás ágil
El antecedente más cercano a los problemas de financiación que sufre el puerto de A Coruña hay que buscarlo en Gijón, cuyas obras de ampliación también se dispararon hasta los 715,6 millones, con un sobrecoste estimado próximo a los 200millones, aún sin cerrar. Los nuevosmuelles de la dársena asturiana no sólo se adelantaron en su puesta en funcionamiento, finales del pasado año, sino que el enclave que preside Fernando Menéndez Rexach, del mismo color político que el Ejecutivo de Zapatero, también logró cerrar antes el crédito de Fomento, que ascendió a 215 millones, firmado a principios de febrero de 2010.
En el caso de Gijón, la desviación económica de las obras, adjudicadas a la UTE Dique Torres (FCC, Sato, FPS y Alvargonzález Contratas), se debió, sobre todo, al encarecimiento por las dificultades para aprovisionarse desde las canteras, pero también a mejoras introducidas, los daños ocasionados por varios temporales y el aumento del presupuesto de la asistencia técnica y estudios.
La negociación con Puertos del Estado, no obstante, fue mucho más ágil. La Autoridad Portuaria de Gijón acordó acudir a la UE para financiar el sobrecoste de la ampliación, pero, desde el primer momento, Fomento se comprometió a asumir las obras para “no hipotecar su futura expansión”, en caso de que Europa rechazase la petición de la dársena. Poco o nada que ver con la negociación que desde hace años mantienen la Autoridad Portuaria de A Coruña y el organismo que preside Fernando González Laxe para financiar el sobrecoste del puerto exterior gallego, concebido originalmente como compensación por el desastre del hundimiento del “Prestige” durante la etapa del Gobierno de Aznar.
De hecho, el propio Laxe aseguró recientemente que el puerto de Gijón ya está haciendo los deberes para hacer frente a la deuda, como lo demuestra, añadió, la puesta en marcha de la autopista del mar con el puerto francés de Nantes y las obras de la nueva regasificadora. Eso sí, ni una palabra del proyecto estrella sobre el que giró la ampliación de la dársena -el traslado de la terminal granelera-, que está en puntomuerto.