La terminal pide a Aduanas que acabe con el servicio ambulante que obstaculiza su potencial de crecimiento frente a la carretera.
El puerto seco de Coslada está siendo víctima de la escasa inspección aduanera que se le ofrece a la terminal por parte de la Aduana. La terminal, con el apoyo de los usuarios, ha decidido reclamar a la Dirección General de Aduanas que acabe con el servicio ambulante que obstaculiza sus posibilidades de crecimiento frente a la carretera
Puerto Seco de Madrid está dirigiendo todos sus esfuerzos a intentar resolver lo antes posible el hándicap de la ausencia de inspección aduanera con presencia física permanente en el puerto seco de Coslada, lo que se considera el principal obstáculo para el completo desarrollo de la terminal. En este sentido, “estamos en conversaciones con la Dirección General de Aduanas que vamos a intentar acelerar con el apoyo de algunos de los principales usuarios de la terminal”, reconoce a este periódico el director gerente de Puerto Seco de Madrid, Jaime Seijas. Y es que el significativo incremento en los tráficos que está registrando la terminal en los últimos tiempos y la demanda comercial que lo rodea corren el riesgo de verse ralentizados si no se resuelve este problema de carácter aduanero.
Actualmente, el despacho de aduanas se viene realizando en la terminal aduanera ADT del puerto seco, pero “necesitamos que se haga de una forma más ágil, algo que sería sencillo de solucionar tan solo con que hubiera una dedicación plena de inspectores en un horario amplio”, asegura Seijas. Responsables y usuarios de la terminal consideran que no se puede seguir manteniendo los actuales horarios de visita de la inspección para la gestión de la terminal aduanera.
Los inspectores que atienden la aduana del puerto seco dependen de la Aduana de Madrid, que ha modelado la figura del denominado inspector ambulante, lo que va en contra de terminales como la del puerto seco de Coslada. Los inspectores tienen que atender de esta forma a una media de 30 recintos aduaneros ADTs y pese a que manejan como principal recinto al puerto seco, se tienen que desdoblar para atender a otros recintos aduaneros de menor calado y con escasos movimientos de contenedores, pero que están diseminados por la geografía madrileña. El resultado de esto es que “las horas que pasan diariamente en la terminal son a todas luces insuficientes para poder atender todo la actividad que se genera”.
PERJUICIO AL FERROCARRIL
Con esta situación que se ha creado, usuarios de la terminal consultados por este periódico consideran que se está beneficiando indirectamente al sector de la carretera, ya que para el recorrido entre Valencia y Madrid cualquier camión puede acudir directamente a la aduana del aeropuerto de Barajas, que está abierta prácticamente las 24 horas del día y agilizar el trámite. “Es cierto, el ferrocarril sale perjudicado en este caso, por lo que queremos que se rectifique y se le dé ese valor añadido a una terminal como la nuestra”, afirma Seijas.
En todo caso, desde el puerto seco de Coslada son conscientes de que modificar la situación actual conlleva un complejo proceso burocrático, por lo que son partidarios de que se plantee una solución temporal “más sencilla, como podría ser que Aduanas Madrid destinase a uno de sus inspectores a la aduana del puerto seco, dando así prioridad a los tráficos que se producen en la terminal”.