El sector insiste al ayuntamiento para que modifique su negativa al tránsito de camiones de más de 7,5 toneladas por la M-30.
La distribución de mercancías en Madrid está siendo víctima de la política de restricciones al tráfico que ha impuesto el ayuntamiento capitalino con respecto a la remodelada vía de circunvalación M-30. Los transportistas insisten a la corporación local para que modifique la negativa al tránsito de camiones de más de 7,5 toneladas
El pasado 31 de marzo se pusieron en marcha los nuevos radares ubicados en la vía de circunvalación M-30 y con ello entraba en vigor definitivamente la prohibición al tránsito de vehículos de más de 7,5 toneladas por esta carretera. Esta situación, según las asociaciones de transportistas locales, representadas en el Comité Madrileño de Transporte por Carretera (CMTC) supone, en la práctica, la penalización efectiva de la distribución y reparto de mercancías en la capital. Según los representantes del sector madrileño, “nos oponemos a estas restricciones porque limitan nuestra actividad sin justificación alguna”.
Además, lamentan que “se limiten a proponernos la utilización de vías alternativas, algo que no vemos viable hoy por hoy, ya que entre otras cosas, estas vías alternativas no existen”, señala a este periódico un integrante del mencionado comité. En las próximas semanas está previsto que se produzca una reunión entre el CMTC y Fernando Autrán, coordinador general de Movilidad del ayuntamiento de Madrid y vicepresidente de Calle 30, la empresa mixta que gestiona la M-30.
Según ha podido conocer este periódico de fuentes solventes, el ayuntamiento se está planteando actualmente la posibilidad de llevar a cabo un estudio de viabilidad en torno a la circulación de vehículos pesados por esta vía, lo que sería un primer paso para reconsiderar su intransigente postura inicial. Precisamente, los transportistas han mostrado reiteradamente sus quejas a que la prohibición al tráfico se haya realizado alegando cuestiones de seguridad, pero sin que se haya hecho previamente ningún estudio fiable que así lo justificase.
De hecho, en la región hay ejemplos similares en los que no está establecidad ninguna limitación al tráfico de camiones de gran tonelaje en túneles de carreteras de gran capacidad como los de la M-40 o los túneles de Guadarrama, entre otros. En este sentido, los transportistas consideran que esta prohibición alegando motivos de seguridad sólo podría ser achacable, en todo caso, a aquellos vehículos que se dediquen al transporte de mercancías peligrosas, pero no al conjunto del transporte madrileño.
Además, los transportistas esgrimen que prohibir el tránsito a los vehículos pesados en la M-30 trae como consecuencia un efecto tan negativo como es el agravamiento de los problemas de congestión del tráfico en otras vías de la capital con menos capacidad de absorción de vehículos.