El arranque de la terminal semiautomatizada de la surcoreana Hanjin en el puerto de Algeciras acaba de colocar a España en el mapa de la tecnología punta de la industria mundial del contenedor. Ya nada será igual. Ni en la propia Bahía de Algeciras, ni en el Estrecho de Gibraltar, ni en España, ni en el sur de Europa.
Con las operaciones de patio automatizadas, es decir, sin tener que contratar personal de estiba para estas funciones, la terminal pública, que explota la empresa TTIA, acaba de colocar el precio de manipulación de un contenedor en 50 dólares, un 30 por ciento más barato que cualquiera de las terminales que existen en España y un precio en casi igualdad de condiciones que el del recinto norteafricano de Tánger-Med.
La apuesta de Hanjin coloca a España en mejores condiciones de competitividad, con un nuevo valor ante el reto común del estibador inteligente y, en términos económicos, sitúa en un fuerte compromiso al resto de megacarriers que operan en los puertos españoles. Aún quedan nueve meses para que Hutchison pueda empezar a operar su terminal semiautomatizada en Barcelona, quedan cuatro años para que Valencia disponga de una terminal similar, por lo que Algeciras no tendrá competencia y comparativa posible en la Península en años, ya que los programas de automatización que vienen abordando otras terminales están muy lejos de convertirse en esa perla tecnológica que hoy ya es TTIA.
Además, los sindicatos de estiba deberán reconvertir mucha de su ideología en este tránsito hacia la automatización. El sector necesitará un fluido diálogo empresarial y líderes que gestionen acuerdos. Pero no olvidemos que este reto que lanza Hanjin es también su respuesta contra navieras europeas como Maersk, MSC y CMA CGM para poder disputarles las rutas de África occidental y de América Latina. Hanjin quiere dominar el flete para aumentar su negocio Ásia-América a través de Europa. ¿Responderán sus rivales?
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